martes, 15 de noviembre de 2011

De caras y caretas (y gente estúpida)

Cómo intentar denunciar al caretaje, que se come todo a su paso, y no quedar como un careta más que se la da de intelectual?

Es lo más difícil del mundo y me rompo la cabeza todos los días pensándolo.

Si hago una relectura simplista de Adorno y Horkheimer puedo darles toda la razón y decirles: estamos cagados, la gente es cada vez más pelotuda. De todos modos, a los ojos de la crítica frankfurtiana seguramente yo califico como un pelotudo más, un consumista.

Puedo llegar a admitir parte de eso. Porque en esta sociedad nadie safa de convertirse en un idiota o al menos comportarse como tal en algún momento de su vida.
La pelotudez de la gente está a la vista. Abramos FaKebook. La gente es feliz. La gente es profunda. La gente es… idiota. Basta. No pesa la careta?

Y peores son los Mesías. Los falsos hippies, los falsos artistas. Basta. Van arruinando todo con cada letra que escriben en un muro. Dejen de posar. No tienen nada para decir. Sólo reproducen y quieren ganarse la admiración del resto de los idiotas que idolatran lo que venga.

Todo está tan forzado. Es increíble como soportan el peso de estar actuando todo el tiempo. No son artistas, no son creativos. Sólo les importa ser cool y que la gente les diga “Wow, sos re artista”. Yo les digo “Son unos pelotudos”. Y digo todo esto a riesgo, bien sabido, de quedar como el que se quiere hacer el renegado (Lorenzo Lamas -platillos por favor-); el que quiere nadar contra la corriente; el que se quiere hacer el crítico, el intelectual; el resentido por no ser popular?; en fin, el cool?

Basta.

PD: ahora cuelgo esto en FaKebook. Ojalá alguien lo lea y recapacite un poco. O en su defecto, se sienta como un idiota.

lunes, 26 de septiembre de 2011

See you in hell you little punks!

Hoy, anoche o como sea dormí muy mal. Se combinaron varios elementos que nunca dan un resultado feliz. 

Ante todo, esta última semana me encuentro bastante nervioso e irascible a causa de un t.p. (con entrega este jueves) que no me deja vivir tranquilo. La realización de este trabajo en cuestión requiere de la lectura de toneladas de bibliografía que aun hoy, lunes, ni sueño con terminar. En fin, enuncio el factor número uno: los nervios.

Punto dos, relacionado directamente con el punto anterior: de tanto leer se me irritan los ojos y no puedo evitar frotármelos, lo que resulta en una irritación aun peor.

Punto tres: por alguna extraña razón anoche (u hoy) hizo 18 grados de temperatura. Eso, en mi termómetro, es mucho. O sea que me daba vueltas de acá para allá porque tenía mucho calor.

Y el elemento final, la (con acentito francés) Pièce de resístanse, el gran detonante: los mosquitos. Pero no digo “los mosquitos” como quien dice “uno, dos, tres mosquitos”. Digo “los mosquitos” como si dijese “la freakin’ convención anual de mosquitos”, que se dio cita en mi habitación para discutir la agenda nacional y en la que yo venía siendo como una especie de catering para los concurrentes.

Completemos la ecuación:

           Nervios + Ojos irritados + Calor + Los mosquitos = Nico listo para matar a alguien y salir en algún episodio de Criminal Minds.

Todo eso, al cuadrado.

Entre que me quería arrancar los ojos, estaba nervioso, tenía calor, y los mosquitos que me picaban en los brazos y en los dedos, no podía ni pensar en dormir. 

Pero todo hombre tiene sus límites y a las 04:10 yo encontré el mío. Se acabó la joda.

Con toda la determinación me levanté, prendí la luz, y como si fuese Kevin Bacon en esa película que nunca me acuerdo el nombre -esa en la que se rapa y hace percha a todos los que le mataron al hijo- me preparé para terminar con cuanto chupasangre se me pusiese en frente. 

Me sorprendí con la cantidad, eran más de los que hubiese esperado. Pero nada de eso iba a doblegar mi sed de venganza.

La verdad es que me lucí y desplegué todo un arsenal de técnicas destructivas. El clásico “palmeo” o “cachetazo” contra la pared, el letal -y no menos efectivo- “cachetazo a dos manos”, el tan querido y recordado “aplauso”, el vanguardista “lanzamiento del buzo al techo”, y hasta lo que di en llamar “La gran Milinkovic” o mejor conocido como “El remate voleybolero”.

En cuestión de minutos pasé a mejor vida a aproximadamente 15 mosquitos. Fue mi Everest (…).

Victorioso, me fui a la cocina. Ensayé una rápida enjuagada de boca y me coroné campeón con un vaso de Pesi.

Volví a la cama, me deshice de varios quilos de frazadas, y me tiré a “seguir” durmiendo.

Y colorín colorado… Etc., etc., etc.

Moraleja:
               
                Cuando me enojo soy como Hulk. Así que… no me jodan. O piénsenlo 2 veces. Do not mess with me. I'm a badass!
                Ya está saliendo la ley nueva: "El joder a Nico a las 4 am es perjudicial para la salud".

Otras especificaciones:

                Ya están disponibles los derechos para la realización de la película. Yo había pensado en algo así como: “Mosquinator: Destrucción Total. Basada en una historia real”. Creo que Emilio Disi da justo para hacer de mí, pero igual todo esto es una idea inicial. Todo se discute. Incluso había pensado en darle una oportunidad a Marley. Se va viendo.

Inversores? Productores? Cineastas?

Mandenmé un mail y arreglamos.


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viernes, 23 de septiembre de 2011

Refrán

“Al que madruga… Oak le da un charmander.

Y a los boludos que se quedan dormidos les cabe un Pikachu.”


Ash: - Che… y es poderoso éste?
Oak: - Y... mirá… es amarillo y es buena onda…


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martes, 20 de septiembre de 2011

El plan

Quiero ser el monstruo de la década.
Quiero ser totalmente incontrolable.
Ser la mismísima destrucción.

Godzilla moderno, que no deja ciudad en pie.

Los rascacielos sufrirán en mi presencia.
Fluiré en el caos.
Tiraré todo abajo y levantaré un nuevo reino.

Así va a ser mucho mejor.
La gente por fin me va a entender.

Y si no… empezaré de vuelta.


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jueves, 15 de septiembre de 2011

Con dulce de leche


Nada peor que ser una línea recta. Pero eso, sin embargo, no justifica embarcarse en el polo opuesto.

Si hay algo que me da escozor es la gente inconsistente; práctica e ideológicamente. No digo que un cambio en la forma de ver las cosas no venga bien de tanto en tanto; la monotonía, por naturaleza, es un garrón. Y que quede claro (me lavo bien las manos) que ni por asomo afirmo ser el rey de la coherencia, porque nadie –absolutamente nadie- resiste un archivo.

Actuar siempre según lo que uno dice a veces se vuelve insostenible y está permitido panquequear de vez en cuando. Pero tampoco da abusarse. Mucha gente se llena la boca hablando de tal o cual cuestión para, al otro día, sentarse en la vereda del frente y defender -a diestra y siniestra- los valores que (hasta no hacía tanto) detestaba y combatía fervientemente.

Es como, de repente… PUM! Barrilete (barrilete cósmico). Se unen a lo que solían definir como “el lado oscuro de la fuerza”. Y uno, que creía saber que tal persona luchaba por una causa x, ve a este susodicho sujeto (hombre o mujer) y piensa: “Momentito, momentito… Cómo es esto?”

No digo que hay que ser una persona 2+2=4. Pero un poquitito de coherencia con uno mismo no hace mal. Que la inconsistencia no sea tu única práctica consistente. O criticá en voz baja, así mañana no quedás mal a los ojos de los que -como yo- opinamos porque el espacio en blogger es gratis (y lo seguirá siendo -GUIÑO GUIÑO* Facebook-).

Gente panqueque. Cada vez hay más.

(Y la relación dulce de leche-gente no es alentadora. Ponete las pilas Serenísima!).


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domingo, 4 de septiembre de 2011

Cuatro

ADVERTENCIA: el siguiente post es amor puro. 

A esta altura de mi vida me permito decir que, casi 100% seguro, la música es lo que más amo en el mundo. No se me ocurre nada que pueda disputarle o incluso pedirle compartir su posición privilegiada. Y ahí dentro, ahí adentro de esa cosa que tanto amo, están ellos: The Beatles.

Podría escribir tantas palabras, tantas oraciones con y sin sentido. Tantas que me gastaría los caracteres que Blogger me ha destinado a mí y a otros bloggers. Pero incluso así no llegaría a decir ni la mitad de lo que se puede decir de ellos, no diría nada. Porque acá sólo hay posibilidad para los extremos. Para uno solo. Cuando algo es la totalidad, nada que uno pueda decir va a significar algo.

Hay días en los que me ilusiono e ingenuamente creo finalmente haberlos entendido, haber entendido todo. Pero no. Casi automáticamente vuelvo a la realidad, al primer casillero, después de haberme sentido superhumano. Y me decido por la opción más fácil, putearlos.

Entre desconcertado, maravillado, casi drogado o, más específicamente, extasiado, me inclino por putearlos. Irrespetuarlos. No queda otra. O sí, agradecerles por ser lo que son -que vamos, fueron, siguen siendo y serán (más allá de todo cliché)-.

Agradecerles por ser cuatro y dejar que surja esa pregunta boluda e insensata acerca de cuál es el mejor. ¿Importa? Me parece que no, pero admito que a veces participo de esa irreverente comparación, pero puedo despertarme a tiempo y darme cuenta de que hay cosas que son como son y es totalmente inútil querer indagarlas y desglosarlas. El mundo ya es lo suficientemente bueno.

Agradecerles por haber jugado y dejarnos escucharlos y verlos jugar. Supongo que mucho de lo genial de ellos radica en eso. En el juego, en el fluir, en el dejarse ser.

Para mí ellos van a seguir siendo un misterio, y por eso quizás los quiera tanto. Pero no por una inclinación natural de lo humano hacia aquello que no se comprende. Es por ese carácter multiforme que tienen. Cada vez que los escucho son distintos. Cada vez escucho cosas nuevas, mejores, inentendibles, inabarcables. Cada vez que los escucho dejo de ser yo y me convierto en otra cosa. Y vuelvo a escucharlos -ya distinto-, y vuelvo a descubrirlos, y otra vez el cambio; así, en un proceso infinito. Son como algo que provoca a mi cabeza y la exasperan hasta los límites. Y desde allí mi imaginación empieza a ramificarse a velocidades fuera de lo común. Y todo producto de lo que para algunos, que no entienden nada, no es más que “una canción”.

Creo que lo dijo Charly, me acuerdo de habérselo leído a Malosetti, pero creo que lo puede decir cualquiera de nosotros, algo así como “no confies en alguien que dice que no le gustan los Beatles”.

Amen to that.

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domingo, 21 de agosto de 2011

Astronauta

“Qué querés ser cuando seas grande?”

La verdad que no recuerdo que alguna vez me lo preguntaran de chico. Seguro que sí, siempre pasa. Pero no me acuerdo de ninguna respuesta mía.

Si me lo preguntaran ahora, diría que quiero ser músico. Pero ya se me pasó el cuarto de hora. Ojalá pudiese tener otra vez 5 años y romper las bolas hasta que me compren una guitarrita y de ahí, para adelante. Esas cosas se me hacen que son así, desde chiquito. Y quizás hoy estaría haciendo otra cosa. Algo con lo que esté más a gusto. Aunque puede que no, puede que todo hubiese sido igual. Puede que hubiese terminado siendo igual de apestoso que lo que soy ahora en materia de ejecución de instrumentos. (En alguna otra ocasión compartiré algo de mi repertorio…).

Prosigo.
Me voy a poner en actitud metafísica… Esto ya se nos pasó a todos por la cabeza, y muchos pensadores lo enunciaron mejor que yo, pero: será ésta la única realidad?

O sea, tenemos tevés led, cámaras que detectan la sonrisa, vuelos a la estratosfera (marca Capicúa), relojes sumergibles (algo totalmente increíble si lo piensan un poco) y nadie me puede decir si ésta es la única realidad existente o sólo es una en un abanico infinito de posibilidades.

Pero quiero certeza. La misma que tengo cuando abro el microondas y sé que se va a prender una lucecita. No me vengan con boludeces del tipo “canal Infinito” y cosas así.

Yo quiero la verdad de la milanga, señores; que alguien me bata la posta y me diga si existe un Nicolás en algún universo paralelo que se dedica a la música -independientemente de si la pegó o no- así vuelvo más contento al fiasco de vida que tengo. Yo así no puedo más.

Así no! Carajo, mierda!

PD: A propósito de esto, y hablando en serio, Arctic Monkeys creo que sin duda es la mejor banda del momento. A algunos les caerá bien, a otros no. Pero esa, honorable jurado, es mi opinión. Ustedes dirán.

PD 2: Mi teoría "Bill Gates me tiene odio" sigue sumando argumentos; ahora desde internet explorer no puedo subir posts... Ya va a ver lo que es bueno, ya va a ver!

PD 3: Al letón que entró al blog, sabrá Dios buscando qué: Gracias por pasar (¿?).

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viernes, 5 de agosto de 2011

De profesión Cosplayer

O sea, todo bien. (Qué jodido abrir un texto con esta frase).

Está bien, te copan los dibujitos animados, comics, anime, manga, etc.

Te entiendo, a mí también me copan. Para que te des una idea: uno de mis ídolos más grandes es Goku. Tanto que en facebook (y ustedes saben cuánto odio facebook) estoy unido a un grupo que se llama "Yo también hice fuerza intentando transformarme en supersaiyajin". Ustedes dirán: "Ah, un boludazo". TOTALMENTE! Pero el caso es que del dicho al hecho hay un largo trecho. Y no lo dije yo, lo dijo... no sé quién lo dijo pero buen...

La cuestión es -y no quiero herir ninguna suceptibilidad-: Cosplayer???

Si te gusta el durazno bancate la pelusa.

Supongamos que te re cabe eso de disfrazarte como tu superhéroe favorito, perfecto, pero... ponele onda. Si vas de invitado a un programa de TV creétela un poco. No sé, estás en la tele. Hacé como que por lo menos sos re feliz haciendo lo que hacés. Un poquito de confianza. No te sientes encorbado, hablés como boludo y pongas cara de loser.

Digo todo esto porque vi a unos cuantos de estos pibes en AM y Leo Montero, como haciéndose el jodón, boludeaba a uno que medio se ofendió.

No sé, llego a la conclusión de que -al parecer- es condición sine qua non en la práctica de este hobbie adoptar una actitud ultra loser. Y no lo digo porque yo sea re vivo. Ojo, no confundamos las cosas! Lo que quiero remarcar es que se debe tener un mínimo de convicción respecto de lo que uno hace. Si vas como esperando que te tomen de boludo, es exactamente eso lo que vas a recibir.

Ahora, si me disculpan, me voy a mi cuarto a seguir practicando mi Kame Hame Ha que las fuerzas del mal no se van a derrotar solas...


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Soy

Lo que veo y lo que escucho.
Lo que toco y lo que siento.
Lo que vivo.
Lo que amo y lo que odio.
Lo que creo.
Lo que escribo y lo que leo.
Lo que canto.
Lo que río y lo que lloro.
Lo que miento.
Lo que rompo.
Lo que corro.
Lo que duermo.
Lo que sufro y lo que duelo.
Lo que caí y lo que sangré.
Lo que no soy y lo que no fui.
Lo que Beatles.
Lo que Dylan.
Lo que Borges.
Soy ella.
Soy ellas y ellos.
Soy mamá, papá, hermano y hermana.
Soy vos.
Soy lo que vos querés que sea.
Sos lo que quiero ser.
Sos lo que no conozco.
Sos capricho divino.
Soy espera.
Soy un nombre.
Soy un niño.
Soy miedo.
Soy obsesión.
Soy otro.
Soy tantos como espacio en mi cabeza haya.
Soy tantos como segundos en tu reloj.
Soy voces y palabras.
Lo que dicen y lo que grito.
Lo que guardo y lo que oculto.
Lo que cambia y lo estático.
Lo que intento ser.
Lo que pienso.
Lo que no escribo.
Lo que pasa cuando las substancias chocan.

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viernes, 29 de julio de 2011

domingo, 3 de julio de 2011

"Poné los fideos que estamos todos" o "El día que me decidí a volver"

Hoy domingo, todavía temprano para algunos -no así para mí, que ya soy un viejo de 23 años que le teme en demasía al frío y que ha olvidado el significado de la palabra joda-, me decidí a volver. Esto quiere decir que: se terminó el cuatrimestre. (Yay!). Por eso he vuelto a reclamar lo que es mío; porque a la universidad -al menos formalmente- no vuelvo hasta dentro de un mes; cosa que es mentira porque mañana tengo una última clase pero… en fin.

He vuelto y, ante todo, quiero agradecer a los que me enviaron flores aclamando el regreso y auguraron el retorno definitivo. Ustedes saben quiénes son… (Chiste… Yo me pregunto, en qué piensa una persona que dice cosas así cuando dice cosas así?).

Bueno, como les contaba. Cuatrimestre jodido. No tanto por la dificultad que pudo llegar a representarme, sino más bien por el requerimiento de tiempo (que a mí me sobra, pero convine no dedicárselo a la universidad). Me han sucedido muchas cosas copadas, algunas raras, y otras bastante normales (como era de esperar); tantas, pero tantas, que no las voy a contar porque soy re malo. Lo importante es que en cualquier momento arranco a escribir y no me para nadie eh!

Hice un poco de reflexión y creo que voy a abandonar la universidad. Es que… me quita tiempo para escribir y… vamos… ustedes lo saben, yo lo sé, mi mamá lo sabe, el tipo del remís que me tomé el otro día, la minita que me tiró onda en el bondi ayer… todos sabemos que esto es lo mío (¿?).

Otra cosa. Apenas “re-abrí el boliche” (o sea, apenas re-abrí el blog) miré las estadísticas y mis ojitos no creyeron lo que vieron. Mmmm… qué onda? Hay así como muchas visitas; creo que a la gente le agrado más cuando no escribo… Cuando hacía un post cada 3 días (mentira, nunca fue así) no entraba nadie. Ahora que dejo dos meses, esto se llena de gente? Cómo es? Alguien me explica?

No importa, la cuestión de fondo es que vuelvo. Si alguien lee este post, coméntelo así me siento “importante” (muahahaha).

Y como les digo, toda la vida fue así... “Cuchillito que no corta lo hacen cartera”.

Hace frío, me duelen mis hermosos dedos de guitarrista (¿?) -y sí, dale que vos lo pensaste; en verano me quejo del calor, en invierno me quejo del frío. Y? Algún problema? Yo no soy conformista (…)- por lo que voy a dejar de escribir. Pero no se preocupen, que dentro de poco vuelvo (y en forma de fichas).

Leanmé. Es una orden.

Do it.
Do it.
Do it.

Leanmé o mueran.

Basta, hasta yo me harto de mí mismo.

Ahí se ven!

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viernes, 15 de abril de 2011

Mañana

Mañana se conmemora el aniversario del nacimiento del pequeño Nicolás.

La historia cuenta que en una fría madrugada de otoño, allá por el año '88, el recién nacido Nicolás era recibido por sus padres con la felicidad propia de tener a su primer hijo.

Cuentan quienes saben, que poco duró ese momento de alegría. De pronto, y para sorpresa de todos, el doctor descubrió que de la espalda del niño -a la altura de la cintura- asomaba una cola similar a la de un mono.

Ah, no! Esa no es mi historia, es la de Goku... Lucky bastard...

A ver... Yo qué joraca logré en 22 años (que mañana serán 23)? Cuántas veces salvé al mundo? Mmmmm, esa vez que... no. Y la otra que... Ah, y cuando...

Mmmm... Mmmm... Miérdcoles, no logré nada importante en estos años. Qué carajo festejo entonces? Lo único que hice en tanto tiempo fue abrir un blog (que encima tengo abandonado).

Sin dudas, mañana voy a preferir haberme llamado Kakarotto, tener poderes y poder irme a dar una vuelta en nube voladora...

Kame hame ha?

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domingo, 3 de abril de 2011

PRÓXIMAMENTE

... un post.

O "La incompatibilidad entre la aplicación académica y la administración de un blog".

Aunque también podría ser "Yo, babosa...".

O "Por qué no admitir que no se me cae una idea".

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viernes, 4 de marzo de 2011

Esto no me gusta nada... nada nada

Se ve que el éxito arrollador (…) de este blog está comenzando a molestar a más de uno.

Con qué me encuentro ayer cuando entro para ver qué onda el autobús? Con que el antivirus no me dejaba escuchar la música, alegando que contenía material potencialmente peligroso; o sea, un virus. Y yo no entiendo mucho de virus…

“Bueno”, dije. “Voy a cambiar la canción. Ésto seguro le va a pasar a todo el que entre (que deben ser -hoy por hoy- millones, aunque el medidor de visitas diga lo contrario)”.

Mi idea, entonces, era eliminar la canción y poner una nueva. Para eso tenía que ir al servidor al que subo música para después ponerla acá.

Bien. Voy a entrar y… esto no me gusta, el antivirus me dice “Blablablá virus blablablá… No se puede entrar a la página”.

… Rayos… Qué está pasando acá? Me huele a gato encerrado.

Después de un tiempo pensando, y después de haber escaneado mi máquina con el antispyware, el antivirus, y el antipulgas y garrapatas, llegué a la conclusión de que alguien me quiere sabotear. Me vuelvo a sentir el Señor X. Sé demasiado…

Y estoy casi seguro que atrás de todo esto está el nerdazo de Bill Gates y José Facebook, dos que no saben lidiar con la derrota.

Por eso, a ustedes dos les digo: No les tengo miedo!

Vengan, que no voy a caer sin antes dar batalla!

Nerdddddddddddddddddddddddddds!

Mientras tanto esto va a estar para atrás… Al menos hasta que encuentre un servidor decente en el que cargar canciones… Y desde anoche estoy trabajando en eso, aunque los resultados demuestran a simple vista una incompatibilidad que resulta en el silencio del autobús. Lo lamento, el viaje de hoy va a ser aburrido…

UPDATE DE ÚLTIMO MOMENTO:

Aparentemente, se solucionó todo. Me tienen miedo, es obvio…

Aunque en realidad me cagaron con el post, ahora no tiene mucho sentido ponerlo. Pero como me tomé un tiempo para escribirlo lo cuelgo igual.

Alegría, que el bondi sigue con música!

NICO 1 - NERDS 0

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lunes, 28 de febrero de 2011

Politiks

Ya lo había dicho acá. El viejo Pablo me ayudó a salir del mundo de los MMORPG.

MMORPG… Qué diantres será esto, no? Pues, wikipedienló queridos amigos.

Aunque, para hacerla cortita, MMORPG equal to jueguitos on-line. Y yo no le jugaba a cualquiera. Le jugaba al Kingsage. Ju-e-ga-zo (aunque algunos puedan tirarme un acertado LAME!).

Sin embargo, tras todas las revelaciones post-Paul, de lo que me di cuenta realmente fue de lo mal jugador que era (MEGA LAME!). Dos veces perdí y tuve que empezar de vuelta y, del hastío que genera cualquier cosa que debe ser recomenzada desde cero, preferí dejar para siempre este mundo tan loco.

Pero nunca digas nunca. Y que acertado es este cliché con forma de sentencia popular.

Qué pasó ahora? Volví, volví a jugar. Incidí en el crimen. Pero esta vez -pssst! … sólo entre nos…- estoy jugando bastante bien.

(What a loser! Get a life!).

Antes era un muerto. Era carne de cañon; ese que no sabe jugar y sirve de alimento para los expertos. Eso era yo. Era, tiempo pasado.

Ahora estoy haciendo un buen papel. Estoy creciendo en el juego y ocupo el puesto número 44 de entre 3000 mil jugadores, aproximadamente. “Lo dejo a tu criterio”, como diría la conocida modelo que destaca por su escasa inteligencia. Las posibilidades son dos: o soy muy bueno o soy un vicioso. La respuesta es obvia…

(What a loser! Get a life!).

De todos modos, en este nuevo comienzo, me metí en las profundidades “reales” del juego. Hay todo un sistema de Alianzas (que vendrían a ser equipos) y en cada equipo hay capitanes. Es de esperar.

Yo siempre supe de esta clase de juegos, y sabía también que muchos de los que participan en ellos se lo toman con mucha seriedad. Nunca hubiese concebido ser una de estas personas que menciono. Pero resulta que sí, ahora soy uno más.

La historia es así: me hice varios amigos en esto. Uno de ellos ocupa un “importante cargo” en la alianza de la que formo parte, y me invitó a cumplir con el rol de Comandante de Batallón. Fuaaaa!! Grosso título.

Yo acepté, para ver qué onda. Ahora tengo a 10 players a mi cargo, tengo acceso a información ultra clasificada de la alianza (qué importante soy!), participo en votaciones, tengo responsabilidades, etc., etc., etc. Es casi como formar parte de una institución real, del mundo tangible (no del virtual). Y yo tengo un cargo. Quién me ha visto y quién me ve!

De aquí surge lo importante. Lo que da razón al título de este post.

Gracias a mi forma de darme a expresar por escrito (léase: forma “decente” de escribir), capacidad con la cual Dios -en su infinita gloria- me obsequió, pude ganarme el afecto y la estima de varios de los integrantes de la cúpula directiva de nuestra alianza; o sea, soy el mimado de los capos o -en su defecto- la mascota de los jefes (que no es tan buena como la primera opción).

Y esto con qué se come? No sé exactamente. Pero lo raro del asunto es que yo, Nicolás, me encuentro haciendo “política” en un mundo virtual e inexistente. El mismo Nicolás que -mediocre- en el mundo real es uno de los tantos que se desentienden e incluso hacen caso omiso de la política, en un juego se hace de aliados, compañeros, gente de confianza, y -por supuesto- detractores (muchos, pero todos la tienen adentro…).

Y vos pensarás “Qué al pedo que estás Nico!”



Sí, buen. Lo admito… pero un poquito nomás… tampoco la pavada…

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jueves, 17 de febrero de 2011

Unas vacaciones de locos. Final (In)esperado

Y sí, yo no soy la excepción a la regla. Yo soy humano como todos. Está en mi (nuestra) naturaleza.

Después de la ravieta que causé... sí, ahora sí... ya de vuelta en casa... me quejo!

"You don't know what you got... until you lose it." Hasta John lo cantó.

Y yo... yo perdí la costa...

Sí loco, me quejo. Ahora me pintaron las ganas de volverme. Ayer me pintaron las ganas de quedarme. Ganas de encadenarme a la casa al grito de "No loco, esto es lo mio! Esta es mi vida. Yo nací para despertarme e irme a la playa todo el día!". Aunque mi cuerpo y mi piel quizá digan lo contrario (estoy violeta ya de tanto darle al sol).

El panorama no cambió ni un poco. Era (casi) como estar solo. Pero cuando te ponés a pensar que tenés que volver a tu vida de miercoles (acá adopto la famosa postura "quejarse de lleno", porque después de todo, mi vida -si bien es aburrida- es buena al fin), no te querés ir más. Encontraste tu lugar en el mundo. Ahí, en la playa. Donde el sonido es el de las olas y el viento (sucundún sucundún) y no tenés que hacer nada. El entorno lo hace todo. Bah, hasta donde te dure la guita, o el mecenas que te banque el arte de vacacionar; osea, papá.

No sé, en líneas generales: no me quería volver.

Allá tenía una rutina que, como era nueva, todavía no me hastiaba. Y eso es bueno. A mi casa vuelvo automáticamente cansado, aunque mi vida se base en no hacer nada.

Además (más que además: la verdad de la milanesa), me enamoré en secreto de una muchachita. Todos los días la veía en la playa y ya me hice a la idea de que me gustaba. Único problema (fueron, son, y serán): mis escasas habilidades sociales. El eye contact (made in Friends) estuvo. Una miradita para vos, una miradita para mí. Algo de "onda" había. Los dos estabamos con nuestras respectivas familias. Nunca cruzamos nada más que miradas. Y a razón de "una mirada = más que mil palabras" hubo un acercamiento. Pero a veces las palabras en su forma original son la única opción. Y yo, como buen "dormilón" que soy, no emití ninguna.

Y ahora, la infinita tortura. "Que hubiese pasado si...".

Nunca lo sabrás pequeño Kimosabi, eso... nunca lo sabrás. Llevo una L grabada en la frente. Ese es mi gran problema. Y todo siempre puede ser peor. Por ejemplo, cuando pasas (con la cuenta regresiva en una hora y media para el retorno a casa) por la esquina (apenas a la vuelta, digamos 20 metros) de la casa en la que estás viviendo, y ves a la madre de la chica en la puerta de esa otra casa.

Vivía a la vuelta! HDP! No, destino aciago. Qué hice en otra vida para ser tan perdedor en esta? Qué hice para que el universo me pateé el trasero y me escupa en la cara?

Lo que sea que gobierna este plano, me grita Bazinga! todos los días.

Representación:

Personajes:

-Universo, Karma, Goku (o como usted prefiera).
-Nico.
-Papá.

U: -Nicolás, te aborrezco. Tomá una probadita de mi enorme poder.

    -Te voy a acercar una mina que te va a encantar, la vas a ver todos los días. Te va a ser correspondida (al menos) en un juego de miradas. Vas a sentir que quizás tengas una chance. Mínima, aunque la vas a creer.

    -Pero esto lo hago solo porque sé que no sos de los que actuan. Solo un poco de tortura. Mmmm... cómo podría agravar la situación? Ah, sí sí. Ella vive a escasos metros de donde vivís vos. Que lo disfrutes... PERDEDOR!

Miercoles 20:30, Nicolás pasa por la calle y descubre la guarida secreta de su "amor": La chica linda de la playa.

N: -Che pá, no nos podemos quedar unos días más?

P: -Unos días más?

En ese momento el joven Nico, pensando en aprovechar esta increíble oportunidad, dice:

N: -Sí, unos días nomás.

P: (dubitativo)
    -No.

U: -Bazinga!

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lunes, 14 de febrero de 2011

Unas vacaciones de locos

Es posible estar en la costa, a puro sol, pero tambièn a puro embole?
Obvio que es posible, y en una medida en la que nadie puede imaginàrselo.
Again, estoy en la costa.
Hay terrible sol.
Hay terrible playa.
Y yo estoy solo como un hongo.
Aburrido en demasìa.

A las 14:33 de un lunes, estoy en un ciber escribiendo en el blog. QUÈ ESTOY HACIENDO? Estoy buscando un aliciente a esta (no hay mejor palabra) "garcha" vacaciòn. (Perdonen el lenguaje, alejen a los niños del monitor. Perdonen las tildes invertidas, es el ciber.)

Nunca, pero NUNCA màs vengo de vacaciones con mi familia. Yo no soy Don Diversiòn o Mr. Joda (aunque quiero creer que alguna vez lo fui...) pero mi famila es extrema. Extremamente aburrida.

Gente, no se puede ir a la playa (con unos dìas hermosos como los que tenemos suerte de estar pasando) y volverse a las 17! No pueden irse a dormir a las 23 hs (o cuando se la juegan, a las 24hs.). Osèa...

Hoy me fui solo a la playa. Ayer me quedè solo en la playa. Me sentì el màs loser, màs de lo normal. Solari, en la playa, como Adolfo (H.) en el dìa del amigo. No sè, es difìcil de explicar, pero asì no deberìan ser unas vacaciones. Uno, en vacaciones, no va a un ciber porque -en teorìa- hay cosas mejores para hacer. Pero no es mi caso.

Hoy estaba solo en la playa y me mandan un mensaje para volver a la casa a comer. Llego y estaban viendo Discovery Channel. Fuck! Quedensè en casa (la original, la de allá conurbano) si quieren ver la tele. Para què paramos a 3 cuadras de la playa, si ustedes prefieren quedarse viendo un documental pedorro sobre un acueducto (o algo similar)? Y encima, ahora se iban todos a dormir una siesta...

Ver la tele, dormir una siesta... Son cosas que hacès tranquilamente en tu casa. Hacìa falta comerse un viaje de 6 horas para hacer lo mismo que hacès todos los dìas?

Tengo 22 años! Quiero un poquito de diversiòn al menos. No me la nieguen, aùn no llegò mi hora de volverme el adulto aburrido que algùn dìa serè.

Mi hermano tiene 18. Uno puede pensar "Debe ser el màs jodòn".
No, si fuese por èl se quedarìa durmiendo todo el dìa.

Le decìs:
-Vamos a dar una vuelta?
-No, tengo sueño. Me voy a dormir.

-Che, vamos a la playa.
-No, tengo sueño.

Rayos!

Tiràs el:
-Vamos a ver minas.
-No, tengo sueño.

Thank you very much.

Viajè 400 km para estar màs aburrido que en casa (la de allá, no esta de la costa), y hacer el post màs largo de la historia.

Ya no sè què decir. Por si no se notò, estoy re caliente. Voy a "solitariar" por algùn lugar. No voy a ir a la casita a ver la tele. No. Aunque ame a la tele. Estoy de vacaciones mierda! (Perdòn, otra vez, por el lenguaje).

Pregunta final: Alguien no quiere coparse y hacerme compàñia? Ja. Nadie anda por Sta. Teresita? (que la prejuzguè, cuando lleguè la apodè Sta. Viejecita, pero no era taaaanta la poblaciòn octagenaria). Tambièn hay gente joven, pero a mì (con mis escasas habilidades sociales) me cuesta demasiado hacer "amistades". What a loser!

Buen, me voy a buscar las "cosas" y me voy a deambular por la playa. De nuevo: solo.

ACLARACIONES:

-Perdonen las tildes invertidas.
-Este post no tiene correcciones. Fue escrito en vivo y en directo, por lo que està bastante crudo y quizàs incoherente.
-Tengo abstinencia de mùsica. No tengo mp4 o algo similar. Extraño mi mùsica.
-Que vacaciones encantadoras che!

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martes, 1 de febrero de 2011

Some random bullshit

Les escribo en este día, más fresquito que los pasados, con un palito bombón helado en una mano y con el teclado en la otra.

Yo no sé qué me está sucediendo últimamente, pero cada vez tengo menos cosas para decir. Me corrijo: cosas "interesantes" para decir. Patrañas sobran. Sudo patrañas. Pero con abundancia de patrañas el blog se va al caño.

No hay inspiración, no hay con qué darle.

Barajé la posibilidad de hacer un post con todas las respuestas a los comentarios del post anterior, algo bien de escritor mezquino, pero no da. Pensé en solo actualizar el reproductor, lo que hubiese sido otra cobardía de mi parte. Pero no, no daba.

Hasta consideré confesar que veo Gran Hermano y que banco al grupo de los perejiles que, de a uno, están quedando de patitas en la calle. Más que nada para ser polémico, me caguen a puteadas y me tiren frases del estilo “Cómo podés ver eso, forro cara de falo?” y tantas otras sentencias amorosas como las que yo disparo contra cualquiera que admite, durante el año, ver Bailando por un sueño.

Y una vez dicho esto, explicar la diferencia entre ver y consumir un programa. Sincerarme y decir que el domingo, porque tenía cuarenta mangos de crédito (no acumulables, y que mañana mueren si no se gastan), mandé un mensaje votando para que se vaya uno de estos salamines. (A esta altura del post se dieron cuenta que me quedé con esta opción, confesar que veo Gran Hermano)

Yo mandé un GH 1 al 9009. Perdí todos los principios que alguna vez supe tener. Soy un careta.

Igual, después de que votas (los adentro un poco en el lado oscuro de la fuerza) te contestan con un “Tu voto fue registrado. Opción A para votar de nuevo. Opción B para … (some random bullshit que no recuerdo)”. Ja! Seré boludo, pero pelotudo todavía no! Tampoco la pavada.

Está bien que tengo crédito disponible para ser gastado en cualquier idiotez, pero la sensación en la que te sumergís después de haber gastado 5 mangos en un mensaje que no sirve para nada (más allá de que votaste para que salga el que era fija que se quedaba, cuando vos querías que se quede el que era fija que se iba) y que incluso vuelve al mundo aún peor, es nauseabunda.

En mi defensa, estamos en una época en la que todos se toman vacaciones. Incluso las series. Esto sí lo admito con total franqueza: soy un devorador empedernido de series provenientes de la tierra del Tío Sam. Y en estos meses se me complica, no hay mucho para ver.

Y mi vida se centra fundamentalmente en eso: ver la tele. Los canales, mientras, están reciclando temporadas y hasta que lleguen las nuevas pasa un tiempito. Recién ahora arrancan capítulos nuevos de algunas series y ahí sí: se va a cagar Gran Hermano.

Pero durante este mes y medio de abstinencia, GH fue un decente paliativo. Más que nada porque me cae bien el gordo Peluffo y Seba De Caro, que pueden decir cosas inteligentes a pesar de estar ahí: en el Debate de Gran Hermano. El resto (como dice una blogger que sigo): Todos putos! Y con esto hago referencia al resto de los “panelistas” del programa, que son ultra re puteables, dadas las actitudes que asumen -todos los lunes- para con el último expulsado de la casa.

Se desesperan por sobrarlos y forrearlos, a fuerza de una inteligencia y una cultura “superiores”, solo para dejar a los pibes como más boludos de lo que son. Porque let’s face it: ninguno de los “hermanos” es muy brillante que digamos. Pero es así, son flacos y flacas normales, promedio (o por debajo) que no te enlazan tres ideas juntas. Sin embargo, eso tampoco le da el derecho a uno de querer dársela de vivo y, usando palabras y frases pretendidamente inteligentes, forrear como forrean a los pobres pibes. Aunque bueno, esta gente también accedió a meterse a la casucha esa y bancarse lo que sea que venga después. Si te gusta el durazno, báncate la pelusa. No?

Ahora sí, me despido. No sé si sirvió para algo todo esto, yo me descargué (¿?). Y si no les gustó, sepanló:

ESTÁN NOMINADOS!


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martes, 25 de enero de 2011

Me derrito

Aquí vengo a evitar uno de esos "silencios incómodos". Este post no es nada más que eso; un relleno, un intento de uso del espacio.

Tener un blog en verano es complicado. Más complicado si tu computadora (creo que hasta apagada) libera miles de grados que se acoplan a los propios del ambiente.

Entonces, esta es la ecuación a tener en cuenta:

blog + calor del verano + calor de la pc* = - posts

* donde:

calor de la pc = yo no tengo notebook para ir a escribir afuera

yo no tengo notebook para ir a escribir afuera = tengo que escribir en mi pieza

mi pieza
= lugar donde el sol pega duro y parejo todo el día

Anoche me había tirado a dormitar tipo 11 (con el aire acondicionado prendido*) y me formulé en la cabeza un post bastante bueno. Dije "Mañana me siento en la pc y lo escribo bien". Pero ahora... aquí y ahora, con estos treinta y tantos grados de temperatura, la verdad es que no puedo escribir nada. No tengo ganas. Más, porque sé que no puedo escribir en forma breve. Siempre me extiendo y escribo pergaminos hiper extensos. Y me voy a pasar 3 horas encerrado acá adentro.

Cuando tenga un tiempito y merme un poco esta sensación de sofocación que nos regala el maravilloso verano, seguro me siento y escribo algo. No sé realmente ante quién me excuso pero bue... Si algún martes, jueves, sábado o domingo próximos vienen más livianos de calor, me comprometo a escribir algo (por lo menos) accidentalmente decente. Pero por ahora, el sol y el curso de portugues me tiran para atrás. Que lamentable.

Es así, lo que mata es la calor.

*El a/a de la pieza de mis viejos. Yo ni ventilador tengo... estos días no pude dormir, aún con la ventana abierta de par en par.

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martes, 18 de enero de 2011

Meu nome é Nicolacinho

Ideal para estos días de enero es empezar a cursar materias veraniegas como Portugués 1. Todo sea por procurarme un día libre a la semana durante el semestre. Desde el 17 de enero hasta el 9 de febrero, curso intensivo de portugués (escrito y oral). Lunes, miércoles, y viernes. En el mejor horario del día, de 13 a 17 hs.

Ayer, la primera clase. Bastante simpática. El gordito que dicta la materia la tiene atada y no tiró una sola palabra en castellano en las 4 horas.

Como entender, entendí todo. El tema es que me confundo un poquinho. Porque quien sepa hablar en portugués sabe que algunas palabras se escriben igual que en español, pero se pronuncian distinto. Y para los salames recién iniciados en esta lengua, que es bastante graciosa* (por no decir “boluda” y así evitar conflictos internacionales), al principio nos cuesta escribir las palabras como son, y no como se pronuncian.

También se suma el choque de las pronunciaciones; o sea, decir “argentino” (fonéticamente: aryenchinu –bah, creo que era así–) es relativamente una boludez. Pero cuando lo vas a decir, la lengua se traba en el intento de decir yen seguido de chi, y ahí sí que te sentís un reverendo zapallo.

Más zapallo te sentís gracias a la dinámica de la clase. Dificultades de pronunciación aparte, aprender a decir tu nombre, apellido, nacionalidad, lugar de residencia, edad, estado civil, profesión, el alfabeto y los números, es un insulto bastante fuerte a tu intelecto.

Pensás que aprender esa clase de cosas es más bien característico del niño que aprende sus primeras palabras en inglés y te las dice contento, creyéndose (en su ingenuidad de infante) poliglota. Y vos, que sos bastante forrín, pensás “Sí… buenísimo chiquitín. Cuando te banques un episodio de Friends sin subtítulos, hablamos!”

Acá el karma cumplió su misión.

Llegué a casa y les dije a mis viejos “Calensé cómo falo en portugués: Meu nome é Nicolás. Meu sobrenome é Navarro. Nao tenho apelido (aunque desde ahora sientansé cómodos de decirme ‘El pelotudo’). Moro em Bs. As. Tenho vinte e dois anos, sou solteiro e sou estudante de comunição.”

Soy un ídolo. Nací para esto.

Y ahora estoy haciendo la tarea. Buscar en diarios brasucas 3 palabras ejemplo de cada regla gramatical de la lengua portuguesa. Traducción: Diversión garantizada.

En líneas generales, hasta este momento (primera clase), parece bastante fácil la cosa. Ayer el gordo, después de mi breve parlamento, me tiró un “Impresionanchi Nicolás”. (Fuaaa! Ninguna lengua tiene misterios para mí). El viernes que viene tenemos parcial. Ya veo que el gordito se decide a sacarse la careta de buena onda y nos la manda a guardar bien copadinho.

Yo, por las dudas, sigo practicando: Meu nome é Nicolás… Meu nome é Nicolás… Meu nome é Nicolás… Meu nome é Nicolás… Meu nome é Nicolás… Meu nome é Nicolás…


ACLARACIONES:

* Cuando digo “[…] bastante graciosa (por no decir ‘boluda’ […]” hago referencia, por ejemplo, al hecho de que no tengan consonantes conclusivas. Que me digan que no dicen Hip Hop, sino que dicen (fonéticamente) Ipi Opi, me hace dudar de la seriedad del idioma. “No dicen picnic, dicen Piqui Niqui”. Y el mejor, sin dudas, es PING PONG, que según ellos es algo así como Pingui Pongui.

Y Pelé es el mejor del mundo? Andá a lavarte las bolas Brasil!

* Dato de utilidad:

El profesor nos batió la posta de primera. Si van a Brasil, es sábado por la noche y quieren morfarse una grande de muzza, procuren pronunciar a más no poder la “zz” de pizza.

No pidan al boleo y digan “Boas noites. Uma piza, por favor”.

Cuando se les aparezca un garoto bien equipado, con una sonrisa de lado a lado, no digan que yo no los previne.

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viernes, 14 de enero de 2011

Te comieron la lengua los ratones?

La historia es así: yo juego a la pelota, semanalmente. Los sábados. A veces, sábados y domingos o lunes (como esta semana). Como cualquier otro pibe normal de veintitantos.

Sobre mis habilidades, qué podría decir? Honestamente, decir que soy uno más del montón sería lo más acertado. No soy ni bueno ni malo. Soy un jugador discreto. No creo restar en ningún equipo, a menos que sea un equipo de Messis y Ronaldinhos.

Si me dan a elegir, me quedo jugando abajo, de último hombre. Marco bastante bien, no es tan fácil pasarme. Y a la hora de sacar el C. Ronaldo que todos llevamos dentro, y querer hacer todas las jugadas, las hago. De acá a que me salgan es otra cosa. Pero ya dije que mi lugar es la defensa.

El tema es que, con cada partido (y de forma progresiva), los golpes que me llevo de recuerdo aumentan. Cada día me pegan más. Tengo un compañero, que se caracteriza por patear mucho y con precisión quirúrgica. De él, siempre espero un buen golpe. Pero, cada vez más, todo el mundo me caga a patadas.

El sábado pasado no fue la excepción, aunque me pasó algo nuevo. Me comí un buen manotazo/piña. Un pibe del otro equipo se venía para nuestro arco y salgo a marcarlo. Corrimos hasta la línea de fondo y ya lo tenía cocinado. Pero el flaco, como no podía deshacerse de mí, tira el brazo. El brazo impacta en mi cara.
Ya no me acuerdo. Pero creo que se la saqué, toqué con el arquero, y salimos jugando tranqui. (Al margen: los bailamos sabrosísimo). Sin embargo, me sentí incómodo. Ahí me di cuenta de que, aparentemente, corrí (tras la pelota) con la lengua afuera. (Bien de boludazo). Así que, haciendo una ligera traducción: me pegan una piña = me muerdo la lengua.

Me quedé al costado y uno me pregunta:
-“Qué te pasó?”
-“… Me modí da dengua. Da conch de da doda.”

No le di mucha bola, siguió el partido y ganamos.

El lunes jugué de vuelta y estaba bien, normal. (Al margen: unos profes de la universidad, literalmente, nos humillaron. Es vergonzoso decir por cuánto perdimos, aunque sí puedo decir lo que dijeron nuestros verdugos sobre mi desempeño. “Che se comieron un re baile, pero LEJOS Nico fue el mejor de la cancha.” Tanto así, que fui el único al que invitaron para jugar en el futuro. Me levantaron la autoestima futbolística).

El asunto fundamental de esta historia se dio recién el martes. Me levanté. Cuando me lavo los dientes, quién sabe por qué, me dolió el alma. Me miro en el espejo y me encontré una llaga. EN LA LENGUA! Lo que me mordí, cual pokemon que evoluciona, se convirtió en una llaga. Y lo que dolía/duele!

Del efecto “piña que me comí”, también me corté el labio superior con mis propios dientes. Tomá! Otra llaga más. Pero esa es de las normales. (Ahora pienso, cuán asquerosito es hacer un post sobre una llaga?).

Resultado final: no puedo hablar más. Al menos sin llorar. No puedo comer sin llorar. Me expreso a través de unos sonidos guturales que solo interpreta mi hermana. Encima, cuando la gente te busca charla, cuesta demasiado decir que no podés hablar! No soy un debilucho que no se banca una llaguita! Esta es la reina de las madafakas llagas. Duele demasiado.

Desde el mismo martes que le estoy dando con bicarbonato, sal, Oralsone, y nada. No pasa toronja! No se me va más. Para colmo, ayer fue el cumpleaños de mi papá. Hubo mucha comida y me castiga saber que no pude comer casi nada. Debo admitir que con un poquito de alcohol me adormecí la lengua, pero nada más que eso. Al rato, el dolor de vuelta. Me duele mucho, y más que nada, ya me rompe las bolas.

Aun no deduzco por qué, pero el único momento del día en que no me duele, es la media hora en la que salgo a correr. Cuando vuelvo no me duele y puedo hablar normal. Media hora después, otra vez el sufrimiento. Desconozco qué provoca este alivio temporal, pero la verdad es que ya no me banco la sensación de agujas en la lengua.

Redondeando. Les doy un humilde consejo:

Nunca corran con la lengua afuera (ni tampoco con tijeras en las manos, por las dudas)!

Me voy a seguir llorando.

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sábado, 8 de enero de 2011

Los ecologistas

No soy activista ni nada, mi falta de compromiso total con cualquier causa lo impide. Pero si hay algo que me molesta es que la gente agarre sus desperdicios y los tire ahí nomás; en la calle, en la vereda, en cualquier lugar menos en un cesto. Me molesta, y mucho.

Hoy, cuando volvía a casa, veo a un flaco que baja de su auto con un cigarrillo y lo tira directamente en la calle. Me dio bronca. Y repito, yo no soy EL ecologista. Seguro hago un montón de cosas que provocarían la ira de Greenpeace. Pero no hace falta formar parte de ninguna ONG pro-medioambiente como para darte cuenta de que no tenés que llenar la calle de basura. Así no es la cosa. Pero claro, es lo más cómodo. Y nosotros, en eso, somos los mejores.

Muuuuuucha gente se la da de “civilizada” y juzgan los actos ajenos con unos aires de tal superioridad moral. Son todos Madres Teresa. Pero a la hora de tirar cosas en la vereda no tienen ningún problema. “Es un papel nomás”, te dicen cuando vos “rompés las bolas” con que lo levanten y se lo guarden o lo tiren en algún tacho. Un papel nomás. Pero, un “papelito” por pelotudo (perdón, quise decir “por persona”) y estaríamos hasta la nuca de mugre. En realidad, ya lo estamos. Estamos hasta la nuca de basura en la calle.

A veces pienso en que estaría bueno que la gente se ponga a levantar todos los papeles tirados, para ver cuánto se junta (y de paso limpiamos un poco). Capaz así, se darían cuenta de lo sucios que son. Por ahí cambiarían de hábitos. Aunque lo dudo, y nunca lo voy a poder saber con certeza.

Supongamos. Cuántas cosas, cuando uno se pone a filosofar allá arriba (en la estratósfera), tienen verdadero sentido en este mundo? Y no hace falta ninguna substancia loca como para poder plantearse estas cosas. Me arriesgo a decir que todos, alguna vez, nos pusimos a pensar en todo lo que existe, más allá de su existencia misma. Es complicado, algunos me entenderán.

El tema es que cuando uno se plantea el orden normal de las cosas, en un plano fuera de esta normalidad, nota que varias acciones no tienen sentido o por ahí no tienen el sentido que le solemos dar. Y llegas a una conclusión del tipo “Que al pedo que es esto en realidad”. Pero como no estamos los 7 días de la semana, las 24 horas del día, filosofando de esta forma, seguimos haciendo estas cosas sin meditar mucho al respecto.

Y si hacemos todo eso, que al final no tiene mayor finalidad que la que la “normalidad” constantemente le otorga: por qué no cuidarnos de tirar basura en el piso? De última, el mundo (La Tierra) es lo único que persiste a través del tiempo. Y no gracias a ustedes!

Hay que ponerse en actitud de señorita de 2do grado y decir “Vos, en tu casa: tirás los papelitos en el piso? (Y si me contestás que sí, solo para contradecirme, consta que sos bastante forro/a). No, no? Well, guess what! El planeta también es tu casa. O sobre qué te pensás que está apoyado tu lindo hogar?

Todo esto para qué? se preguntarán. Para contar algo que me pasó hace poco. El año pasado ya, noviembre de 2010.

Había salido de la universidad temprano, tipo 8 y media p.m., y estaba esperando el segundo bondi para volver a casa. El lugar tiene bastante movimiento; en la cuadra de en frente (en diagonal) están todas las paradas de colectivo. Yo, estaba apoyado contra la pared del bar que da a mi parada, y por la calle (entre el resto de los autos) aparece una camioneta bastante presuntuosa. Se baja la ventanilla, y el buen hombre que conducía saca con su manito una hermosa (y cargada) bolsa de Mcdonald’s que suelta en medio de la calle. Lo más objetable no fue el suceso en sí, sino la actitud del tipo. La soltó con una naturalidad que daba ganas de agarrar un tacho de basura y vacíarcelo en el capó de su super camioneta. Típico salame agrandadillo, peinado con gel, y con lentes oscuros en plena noche que, gracias al vehículo que maneja, se la da de capo.

Pasó. El tránsito siguió y la bolsa quedó ahí.

En ese momento noté que hacía bastante calor. Calor de noviembre, pero calor al fin. Yo seguía en mi plan de esperar el bondi, mientras que maldecía al “hombre de la bolsa”.
En eso, aparece una señora que venía de hacer las compras. No le presté atención. Del embole, revoleaba los ojos de acá para allá y me di cuenta de algo. La señora se había frenado, y se puso en plan de refrescarse. No la culpé.

Tomaba de una latita, aunque es mucho más normal ver a la gente tomar de botellitas. Me sorprendió. Pero ahí no se terminaba el asunto. La venerable ancianita no se estaba tomando cualquier cosa. Se estaba bajando una buena cerveza. “Vieja moderna” pensé. Me causó gracia.

El bondi no venía más y la vieja dale que te dale a la lata hasta que se la terminó. Y aquí lo nefasto de toda la historia. Qué hizo la señora apenas terminó su refresco? Tiró la latita ahí nomás, al lado de un arbolito, y siguió su camino. No me pude ver la cara, pero supongo que habrá sido una mezcla entre asombro y ganas de putear. Vieja sucia! Encima de borracha, mugrienta! Eso es lo que me enerva, lo mismo que con el tipo de la camioneta, que se vayan sin ninguna culpa. Total, alguien lo va a levantar. Y si queda ahí, no pasa nada.

A estas alturas, yo (que tengo suma facilidad para fantasear a lo JD), me había imaginado toda una situación en la que me enfrentaba a la vieja en el ring de 100 % lucha y la cagaba bien a ganchos por no cuidar el medio ambiente. Aplicaba llaves por acá, golpes por allá, hasta que rendida no tuvo más que aceptar mi coup de grâce: achatarle su propia latita en la frente, de un puñetazo!

Justo vino el colectivo, y la señora ya había desaparecido. Pero, aunque sea, me fui con menos bronca; por más que haya sido en sueños, a la vieja le di una buena lección!

PD: Mr. Camioneta, no te cruces en mi camino, porque el próximo en la lista sos vos!

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martes, 4 de enero de 2011

Resoluciones de año nuevo

○ Juntar las 7 esferas del dragón y pedirle a Shenron que traiga de vuelta a Pablo (y que esta vez venga acompañado por Ricardo).

El resto de las resoluciones están determinadas por las mismas patrañas de siempre.

“Este año me voy a poner las pilas con la universidad”. Esa es la más grosa. Puede durarme como mucho 1 mes. El primer mes del primer cuatrimestre. Y el resto del año, el cómodo regreso al “Yo solo funciono bajo presión”.

Esto es, me rasco fabulosamente –o “extraordinariamente bien”, según RAE– durante la mayor parte del año y me pongo las pilas en esas últimas dos semanas de cada cuatrimestre.

Y sobrevivo. Lo logro. Apruebo, promociono, rindo bien, etc., etc. Pero sin pena ni gloria. O más bien, con pena y sin gloria. Cuáles son los indicadores de que Nicolás está transitando el final de cuatrimestre? La espuma en la boca, los ojos desorbitados, el pésimo estado físico, entre otros. Porque en ese par de semanas, hago todo lo que tendría que haber hecho en 4 meses y las neuronitas sacan chispas.

Pero como dicen los que saben: “Sarna con gusto no pica”. Al que gusta de invertir su tiempo en ocio (léase, parasitar en la pc, en la televisión, o en cualquier lugar que esté alejado de libros y apuntes académicos), que después no se queje de los resultados. “Te gusta el durazno? Bancate la pelusa” sentencia el dicho popular.

Por ejemplo: para qué maquinarme con que me podía haber ido mejor, en el 2010, si hubiese sido aplicado y metódico. “No se llora por la leche derramada”.

Pero mi subconsciente competitivo (para con los compañeros de cursada) puede más. Miro para los costados y todos lucen unos hermosos dieces y nueves. Yo, apenas unos ochos y nueves. Los dieces están negados para mí. (Mejor dicho, me los niego a mí mismo).

Y bueno, entonces a aguantarse! Parafraseando a Dos Caras, en The Dark Knight, uno elije su propio destino (o algo así).



Wait. Esto me dejó pensando…

Ya tengo una resolución! Resolución posta posta!

Este año… Voy a ser el Nerd Supremo!

Sí! Nada más que dieces para mí. Ma’ qué conquistar el mundo ni ocho cuarto! Este año: Ser el más nerd!

Aunque… pensándolo bien, mucho trabajo. Creo que, mejor, lo dejo para el 2012.

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