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viernes, 20 de enero de 2012

Reciclando

Lo siguiente formó parte de un "artículo" para una "revista de música" que presenté (junto a un compañero) como t.p. final en un curso de diseño editorial. Obviamente lo importante del trabajo era el diseño, pero como el tema me encanta no pude resistirme a escribir personalmente los comentarios de los discos.

El artículo consistía en una suerte de top 10 de discos preferidos, como si yo fuese palabra autorizada para hablar de música.

Esto fue lo que escribí en ese momento. (Hoy, un par de meses después, me doy cuenta de que debería meter algún disco de Oasis).


Mis 10 discos fundamentales

Escribir sobre mis discos favoritos? Si fuese por mí me la pasaría hablando de mis preferencias musicales.

Personalmente me siento un curioso. Me gusta escuchar cosas nuevas y suelo jactarme de escuchar a muchos artistas que la mayoría de las personas desconoce. Soy adepto del método de la bola de nieve, escucho un artista y voy enlazando discos. Suelo decir que, a diferencia del común de la gente, yo elijo qué escuchar y qué no.

Me cuesta mucho descubrir algo bueno de la radio o de ver videos en Mtv. Casi diría, y perdón si alguien se ofende (en realidad me vale muy poco), que lo que los distintos medios musicales promueven es pura basura o, en un número importante de casos, carece de calidad. Que se piense en la música como algo comercial es algo que me apena. No voy a ser idiota y hacerme el desentendido de la cuestión eje de esta sociedad. Por la plata baila el mono dicen, no? Pero a mi modo de ver las cosas hay formas y formas. Todo radica en la genuinidad del artista. Y uno con el tiempo aprende a darse cuenta de quién hace las cosas por amor a la música y quién las hace por amor al billete. Y lamentablemente todo lo que tiene difusión apesta a billete. Yo propongo un  “Basta de prostituir a la música”. O cortemos con el préstamo de significados y no llamemos música a aquello que no lo es. No estoy en contra de que se lo llame entretenimiento y el que quiera disfrutar de tales productos que los disfrute, a ellos les digo Chapeau!; pero no mezclemos las cosas. La música es la música. Tíldenme de elitista, de ortodoxo, pero con la música no se jode. Hay muchas cosas que no me gustan pero que aun así soy capaz de reconocerles el mérito. Pero lo que no es música, no es música. End of the discussion.

Se va a notar a la legua que mis preferencias pendulan hacia un tipo de música en particular. Y lo defiendo a capa y espada. Para mí no hay nada más grande que The Beatles. Pueden intentar meterme otra idea en la cabeza, pero ya les aviso que sería inútil.

Ahora, con ustedes, los elegidos. Que lo disfruten.


1-The Beatles - Abbey Road (1969)
And in the end the love you take is equal to the love you make…

No es un disco. Ni siquiera es música. Es mucho más que eso. Es la obra de arte total. Abbey Road resume todo. Con él, el pasado deja de tener sentido. Inicio y final. Ya está todo dicho.

En los papeles, fue el último disco de The Beatles como The Beatles. Y aunque las despedidas nunca son gratas, en este caso quien escucha entra en trance y quiere repetir el momento una y otra vez. Hasta la locura.

Es la pieza de colección definitiva. Perfecta por donde se la vea. Diecisiete tracks. Cuál es el mejor? Ninguno. Cuál es el mejor?  Todos.

En apenas pasados los tres cuartos de hora dan cátedra, individual y colectivamente, y enseñan de qué va el verdadero rock. Cuarenta y siete minutos, veintitrés segundos de pura genialidad.

No voy a obviar la cuestión de por qué Abbey Road y no Sgt. Pepper´s. El sargento es otra bestia, gigantesca. (A estas alturas no tiene sentido comparar entre obras beatles; qué queda por hacer cuando todo es perfecto?). Tiene una de las mejores canciones de la historia -A day in the life- y rompió con todo no sólo en materia musical. Rompió absolutamente con todo. Rompió con el mundo. Sgt. Pepper´s cambió la historia. Y todo como parte de lo que Paul dijo un “intento” de hacer un disco parecido a Pet Sounds  de The Beach Boys, otra obra maestra de la música popular.

Pero volviendo al tema, Abbey Road me da más sentido de totalidad. Ojo, es una apreciación personal. En gran parte por el medley ese que se genera en la segunda parte del disco y que es un cóctel rompecabezas. O para que se entienda mejor: destroza cabezas.

Abbey Road es un paseo por la geografía de la música y de las sensaciones. Se le canta al amor, a la vida y a la muerte, a la locura, al espíritu, al universo. Se le canta a cuanta cosa  uno pueda imaginarse, y todo eso a través de una increíble armonía y equilibrio.

Desde la construcción del disco como tal, sólo se puede decir que se trata de un trabajo impecable. Desde el disco como pieza de arte, lo veo insuperable. Es la justa despedida. No por capricho es el último disco genuinamente beatle. No es casualidad que tenga la última canción que The Beatles grabaron juntos y que ésta se titule The End. Todo estaba finamente orquestado, y el mensaje fue claro: al final, el amor que recibís es igual al amor que das.

2-Bob Dylan - Highway 61 Revisited (1965)
Y un día se hizo la electricidad…

Este es el disco en que Dylan deja de ser Dylan para transformarse en Dylan. No se entiende la diferencia? La historia es así: el pasaje de lo acústico a lo eléctrico; que le valió al pobre Bob más de una abucheada, y hasta que lo traten de Judas y traidor.

De este tiempo es el mítico suceso del Newport Folk Festival en el que uno de los organizadores quiso agarrar a hachazos los cables de los equipos de la banda. De estas épocas también se recuerda el “I don’t believe you. You’re a liar… Play it fuckin’ loud”, hito de la música popular.

Con este disco se forjó el adjetivo “dylaniano”. Es el comienzo de mucho de lo que sería Dylan después y mucho de lo que el resto de los mortales tan sólo soñarían con imitar. Canciones tremendas, ya no de protesta y denuncia de matiz social, pero sí de denuncia contra demagogos, hipócritas, caretas; en fin, canciones llenas de ironía y descargo contra todos sus detractores así como también contra sus más acérrimos fanáticos, desilusionados por el giro que tomó la carrera del ídolo.

En este disco, y como apertura de la obra, aparece Like A Rolling Stone, a mi gusto la mejor canción de la historia. Poesía de la que sólo Dylan tiene la capacidad de construir. Increíble canción versionada incluso por los Stones y Hendrix.

Un álbum que no puede faltar en ninguna colección, sin dudas el mejor del querido Roberto.

3-Paul McCartney & Wings - Band On The Run (1973)
Tres Conejos tocando el tambor…

Otro discazo. En un principio pudo haberse sospechado de un fracaso prematuro; la banda se desmembró y quedaron ellos tres: Paul, Linda y Denny. El panorama no era prometedor. Por esas cosas de la vida quisieron irse a grabar a Nigeria. Ni pensaron que en el viaje iban a ser robados e iban a perder gran parte de las cintas maestras. La cosa se complicó un poco más todavía. Pero McCartney es McCartney, una cabeza genial. Y se las arregló para hacer este hermoso disco.

En Band On The Run, el ex beatle puso todo y demostró que nunca estuvo a la sombra de John. Despliegue 100 % de genialidad musical, tanta que asusta.

La canción que abre el disco, es la que lo titula y la que se convierte en el éxito instantáneo. Y todo remite a un verso en español que Paul, cuando niño, aprendió en la escuela. Casualidad? Eran tres los conejos. No tocaron sólo el tambor y todos fuimos testigos de ello.

4- John Lennon - Imagine (1971)
Podrán decir que soy un soñador, pero no soy el único…

Gran disco de la otra genialidad beatle. Primer disco oficial en solitario y en el que se siente un Acá estoy yo, John Lennon.

Una de las canciones más lindas e himno de todos los tiempos titula y abre el disco y deja al desnudo a ese John que siempre luchó y defendió aquello en lo que él creía, la paz. Y ni así cayó en el cliche, porque la genuinidad se nota a kilómetros. Paz, amor, y denuncia. Hay para Yoko, hay para Paul, hay para la política, hay para todos. Lennon, sí señor. Y todo en un envase musical de contenido delicioso.

Algo que le da otro empujón más al disco: el fino aporte de George en las guitarritas. Con producción del loco de Phil Spector (cuando todavía no estaba loco). Disco que cambió la historia y que nos deja tremendo recuerdo del pasaje de John por esta vida. Amor.

5- George Harrison - All Things Must Pass (1970)
My sweet, sweet lord…

El beatle callado les tapó la boca a todos. Discazo, discazo con todas las letras. Y encima triple. El muchacho se lució y demostró que él también era un genio. Un disco espiritual y profundo que aún así da lugar al rock. Todo puede convivir y acá se nota.

El laburo de George es de lo más fino y tiene ese toquecito que nos vuelve locos, el toquecito que él le imprime a la guitarra. Por ahí anduvieron también los queridos Ringo, Clapton, Preston, Voorman y hasta Mal Evans. Y Dylan también, con el aporte en dos de los veintitrés temas del álbum. El mejor disco del hombre, que en la versión remasterizada de 2001 se dio el gusto de tocar junto a su hijo en una versión aggiornada de My Sweet Lord. Hare Krishna.

6- Rolling Stones - Exile On Main St. (1972)
Pensé que querías mi dinero, pero me robaste el alma…

Alguien dijo o supuso que el rock tiene que ser desorden y quilombo? No entendieron nada. O nunca escucharon este disco de los Stones. Qué se puede decir? Los tipos siempre tuvieron lo suyo y, rivalidad beatle aparte, en este disco la rompen. Jagger y Richards también son dos músicos de antología y que con el tiempo todo haya degenerado hasta llegar al pseudo-estilo rolinga (así, sin doble “ll”) da pena. Me la sigo jugando por que muchos de estos denominados “rolingas” nunca escucharon un disco entero de sus “ídolos”. Los Stones no se resumen a un pasito ni mucho menos a Satisfaction. Esta es la prueba más concreta.

7- The Beach Boys - Pet Sounds (1966)
Sólo Dios sabe…

Cómo hacían? No sería genial cantar como cantaban estos muchachos? Uf. Sin palabras. De qué planeta eran? Más allá de los intrumentos, de las letras, acá las protagonistas son las voces. Lo digo de vuelta, pero en forma de afirmación: cómo cantaban estos tipos! Dios mío. Armonía de manual. Incluso hay versiones del disco con las voces a capella. Piel de gallina y puro disfrute.

Brian Wilson, otro genio contemporáneo.

Otro datito, cuando a McCartney lo consultaron respecto de la inspiración para Sgt. Peppers dijo que ellos (The Beatles) sólo querían hacer algo parecido a Pet Sounds. Misión cumplida y superada. Y aún así Pet Sounds es uno de los mejores discos de la historia.

8- Pescado Rabioso - Artaud (1973)
Al flaco dale las gracias…

No piensen mal de mí. Lo sé, acá también hubo cosas geniales.

Formalidades aparte, este disco es del flaco Spinetta. Disco que nos deprime a los músicos y escritores frustrados. Esto es poesía. Desde el mismo título del disco. Poesía, fineza musical, y la voz del flaco. Cóctel irresistible. Imposible de imitar.

Sobre el hermetismo de la lírica no hay mucho que decir. Es sólo sentarse, agarrar unos buenos auriculares y abandonarse a la magia y a la delicadeza.

9- The Strokes - Is This It (2001)
Difícil de explicar…

Ya más acá en el tiempo traigo esta joyita de The Strokes. Los pibes debutan con tremendo disquito. Casablancas poeta moderno y urbano que baja a la tierra y habla de todo. Guitarras que dan placer, el bajo que marca muy bien su territorio y una bateria de la que muchos estarían más que orgullosos. Hoy más entraditos en años siguen haciendo lo suyo, con una que otra vuelta de tuerca, pero lo siguen haciendo bien. Es muy alentador saber que se cuenta con esta calidad de artistas. No todo está perdido.

10- Arctic Monkeys - Whatever People Say I Am That’s What I'm Not (2006)
Un cierto romance…

Estos pibes, que aparecieron muy pibes, dislocaron más de una mandíbula con el debut. Acá aparece el otro poeta moderno y urbano, Alex Turner. Que crece a pasos agigantados y que nos da confianza, a los temerosos, de que todavía queda mucho rock guitarrero por delante. Promesa cumplida y por cumplir, Arctic Monkeys es -a mi gusto- la mejor banda del momento y con mucho margen de diferencia respecto del resto.


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martes, 3 de enero de 2012

Cantautoreando por un sueño

Me he decidido a perseguir mi sueño(¿?). Ser músico. Oh yeah...

No, en serio. Ahora sí.

Mi meta este verano -estáción en la que el tiempo al pedo abunda- es poner a prueba mis capacidades artísticas/musicales y ver si realmente soy capaz de hacer música. Música propia.

Basta de versionar a mis ídolos, solo, en mi habitación. Estoy dispuesto a sumergirme en las profundidades de mi ser y ver qué hay y qué puedo tomar para darle vida a algo que sea estrictamente mío.

O sea que, en vez de rascarme la pancita, me pongo como objetivo veraniego: escribir y componer. Para qué? Para ver si puedo. Y en caso de poder, frustrarme y decir: "Por qué no me di cuenta de que quería ser músico cuando era más chico???". Agarrar y decirles a mis viejos: "Che... voy a dejar la universidad para dedicarme a la música". Salir a la calle y vivir la cruel vida del artista -porque obviamente mis viejos me echan de casa, voleo en el trasero mediante-. Y así caminar el camino, de a poco, hasta llegar al éxito, editar millones de discos, ser más prolífico que Bob Dylan, romper más esquemas que los Beatles, venderle los derechos de mi vida a Hollywood para que Scorcese haga una biopic sobre mi rockanrollera vida, etcéteras, etcéteras, etcéteras.

En fin, en resumidas líneas ese es el plan de acá a marzo. Aunque también debería mechar un poco con los apuntes que tengo que leer para rendir en febrero.

Ya que no me voy a ir a ningún lado quiero aprovechar cada segundo. Veremos qué sale.

Los mantendré al tanto.

Cambio y fuera (*).

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lunes, 26 de septiembre de 2011

See you in hell you little punks!

Hoy, anoche o como sea dormí muy mal. Se combinaron varios elementos que nunca dan un resultado feliz. 

Ante todo, esta última semana me encuentro bastante nervioso e irascible a causa de un t.p. (con entrega este jueves) que no me deja vivir tranquilo. La realización de este trabajo en cuestión requiere de la lectura de toneladas de bibliografía que aun hoy, lunes, ni sueño con terminar. En fin, enuncio el factor número uno: los nervios.

Punto dos, relacionado directamente con el punto anterior: de tanto leer se me irritan los ojos y no puedo evitar frotármelos, lo que resulta en una irritación aun peor.

Punto tres: por alguna extraña razón anoche (u hoy) hizo 18 grados de temperatura. Eso, en mi termómetro, es mucho. O sea que me daba vueltas de acá para allá porque tenía mucho calor.

Y el elemento final, la (con acentito francés) Pièce de resístanse, el gran detonante: los mosquitos. Pero no digo “los mosquitos” como quien dice “uno, dos, tres mosquitos”. Digo “los mosquitos” como si dijese “la freakin’ convención anual de mosquitos”, que se dio cita en mi habitación para discutir la agenda nacional y en la que yo venía siendo como una especie de catering para los concurrentes.

Completemos la ecuación:

           Nervios + Ojos irritados + Calor + Los mosquitos = Nico listo para matar a alguien y salir en algún episodio de Criminal Minds.

Todo eso, al cuadrado.

Entre que me quería arrancar los ojos, estaba nervioso, tenía calor, y los mosquitos que me picaban en los brazos y en los dedos, no podía ni pensar en dormir. 

Pero todo hombre tiene sus límites y a las 04:10 yo encontré el mío. Se acabó la joda.

Con toda la determinación me levanté, prendí la luz, y como si fuese Kevin Bacon en esa película que nunca me acuerdo el nombre -esa en la que se rapa y hace percha a todos los que le mataron al hijo- me preparé para terminar con cuanto chupasangre se me pusiese en frente. 

Me sorprendí con la cantidad, eran más de los que hubiese esperado. Pero nada de eso iba a doblegar mi sed de venganza.

La verdad es que me lucí y desplegué todo un arsenal de técnicas destructivas. El clásico “palmeo” o “cachetazo” contra la pared, el letal -y no menos efectivo- “cachetazo a dos manos”, el tan querido y recordado “aplauso”, el vanguardista “lanzamiento del buzo al techo”, y hasta lo que di en llamar “La gran Milinkovic” o mejor conocido como “El remate voleybolero”.

En cuestión de minutos pasé a mejor vida a aproximadamente 15 mosquitos. Fue mi Everest (…).

Victorioso, me fui a la cocina. Ensayé una rápida enjuagada de boca y me coroné campeón con un vaso de Pesi.

Volví a la cama, me deshice de varios quilos de frazadas, y me tiré a “seguir” durmiendo.

Y colorín colorado… Etc., etc., etc.

Moraleja:
               
                Cuando me enojo soy como Hulk. Así que… no me jodan. O piénsenlo 2 veces. Do not mess with me. I'm a badass!
                Ya está saliendo la ley nueva: "El joder a Nico a las 4 am es perjudicial para la salud".

Otras especificaciones:

                Ya están disponibles los derechos para la realización de la película. Yo había pensado en algo así como: “Mosquinator: Destrucción Total. Basada en una historia real”. Creo que Emilio Disi da justo para hacer de mí, pero igual todo esto es una idea inicial. Todo se discute. Incluso había pensado en darle una oportunidad a Marley. Se va viendo.

Inversores? Productores? Cineastas?

Mandenmé un mail y arreglamos.


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domingo, 4 de septiembre de 2011

Cuatro

ADVERTENCIA: el siguiente post es amor puro. 

A esta altura de mi vida me permito decir que, casi 100% seguro, la música es lo que más amo en el mundo. No se me ocurre nada que pueda disputarle o incluso pedirle compartir su posición privilegiada. Y ahí dentro, ahí adentro de esa cosa que tanto amo, están ellos: The Beatles.

Podría escribir tantas palabras, tantas oraciones con y sin sentido. Tantas que me gastaría los caracteres que Blogger me ha destinado a mí y a otros bloggers. Pero incluso así no llegaría a decir ni la mitad de lo que se puede decir de ellos, no diría nada. Porque acá sólo hay posibilidad para los extremos. Para uno solo. Cuando algo es la totalidad, nada que uno pueda decir va a significar algo.

Hay días en los que me ilusiono e ingenuamente creo finalmente haberlos entendido, haber entendido todo. Pero no. Casi automáticamente vuelvo a la realidad, al primer casillero, después de haberme sentido superhumano. Y me decido por la opción más fácil, putearlos.

Entre desconcertado, maravillado, casi drogado o, más específicamente, extasiado, me inclino por putearlos. Irrespetuarlos. No queda otra. O sí, agradecerles por ser lo que son -que vamos, fueron, siguen siendo y serán (más allá de todo cliché)-.

Agradecerles por ser cuatro y dejar que surja esa pregunta boluda e insensata acerca de cuál es el mejor. ¿Importa? Me parece que no, pero admito que a veces participo de esa irreverente comparación, pero puedo despertarme a tiempo y darme cuenta de que hay cosas que son como son y es totalmente inútil querer indagarlas y desglosarlas. El mundo ya es lo suficientemente bueno.

Agradecerles por haber jugado y dejarnos escucharlos y verlos jugar. Supongo que mucho de lo genial de ellos radica en eso. En el juego, en el fluir, en el dejarse ser.

Para mí ellos van a seguir siendo un misterio, y por eso quizás los quiera tanto. Pero no por una inclinación natural de lo humano hacia aquello que no se comprende. Es por ese carácter multiforme que tienen. Cada vez que los escucho son distintos. Cada vez escucho cosas nuevas, mejores, inentendibles, inabarcables. Cada vez que los escucho dejo de ser yo y me convierto en otra cosa. Y vuelvo a escucharlos -ya distinto-, y vuelvo a descubrirlos, y otra vez el cambio; así, en un proceso infinito. Son como algo que provoca a mi cabeza y la exasperan hasta los límites. Y desde allí mi imaginación empieza a ramificarse a velocidades fuera de lo común. Y todo producto de lo que para algunos, que no entienden nada, no es más que “una canción”.

Creo que lo dijo Charly, me acuerdo de habérselo leído a Malosetti, pero creo que lo puede decir cualquiera de nosotros, algo así como “no confies en alguien que dice que no le gustan los Beatles”.

Amen to that.

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domingo, 21 de agosto de 2011

Astronauta

“Qué querés ser cuando seas grande?”

La verdad que no recuerdo que alguna vez me lo preguntaran de chico. Seguro que sí, siempre pasa. Pero no me acuerdo de ninguna respuesta mía.

Si me lo preguntaran ahora, diría que quiero ser músico. Pero ya se me pasó el cuarto de hora. Ojalá pudiese tener otra vez 5 años y romper las bolas hasta que me compren una guitarrita y de ahí, para adelante. Esas cosas se me hacen que son así, desde chiquito. Y quizás hoy estaría haciendo otra cosa. Algo con lo que esté más a gusto. Aunque puede que no, puede que todo hubiese sido igual. Puede que hubiese terminado siendo igual de apestoso que lo que soy ahora en materia de ejecución de instrumentos. (En alguna otra ocasión compartiré algo de mi repertorio…).

Prosigo.
Me voy a poner en actitud metafísica… Esto ya se nos pasó a todos por la cabeza, y muchos pensadores lo enunciaron mejor que yo, pero: será ésta la única realidad?

O sea, tenemos tevés led, cámaras que detectan la sonrisa, vuelos a la estratosfera (marca Capicúa), relojes sumergibles (algo totalmente increíble si lo piensan un poco) y nadie me puede decir si ésta es la única realidad existente o sólo es una en un abanico infinito de posibilidades.

Pero quiero certeza. La misma que tengo cuando abro el microondas y sé que se va a prender una lucecita. No me vengan con boludeces del tipo “canal Infinito” y cosas así.

Yo quiero la verdad de la milanga, señores; que alguien me bata la posta y me diga si existe un Nicolás en algún universo paralelo que se dedica a la música -independientemente de si la pegó o no- así vuelvo más contento al fiasco de vida que tengo. Yo así no puedo más.

Así no! Carajo, mierda!

PD: A propósito de esto, y hablando en serio, Arctic Monkeys creo que sin duda es la mejor banda del momento. A algunos les caerá bien, a otros no. Pero esa, honorable jurado, es mi opinión. Ustedes dirán.

PD 2: Mi teoría "Bill Gates me tiene odio" sigue sumando argumentos; ahora desde internet explorer no puedo subir posts... Ya va a ver lo que es bueno, ya va a ver!

PD 3: Al letón que entró al blog, sabrá Dios buscando qué: Gracias por pasar (¿?).

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viernes, 29 de julio de 2011

domingo, 3 de julio de 2011

"Poné los fideos que estamos todos" o "El día que me decidí a volver"

Hoy domingo, todavía temprano para algunos -no así para mí, que ya soy un viejo de 23 años que le teme en demasía al frío y que ha olvidado el significado de la palabra joda-, me decidí a volver. Esto quiere decir que: se terminó el cuatrimestre. (Yay!). Por eso he vuelto a reclamar lo que es mío; porque a la universidad -al menos formalmente- no vuelvo hasta dentro de un mes; cosa que es mentira porque mañana tengo una última clase pero… en fin.

He vuelto y, ante todo, quiero agradecer a los que me enviaron flores aclamando el regreso y auguraron el retorno definitivo. Ustedes saben quiénes son… (Chiste… Yo me pregunto, en qué piensa una persona que dice cosas así cuando dice cosas así?).

Bueno, como les contaba. Cuatrimestre jodido. No tanto por la dificultad que pudo llegar a representarme, sino más bien por el requerimiento de tiempo (que a mí me sobra, pero convine no dedicárselo a la universidad). Me han sucedido muchas cosas copadas, algunas raras, y otras bastante normales (como era de esperar); tantas, pero tantas, que no las voy a contar porque soy re malo. Lo importante es que en cualquier momento arranco a escribir y no me para nadie eh!

Hice un poco de reflexión y creo que voy a abandonar la universidad. Es que… me quita tiempo para escribir y… vamos… ustedes lo saben, yo lo sé, mi mamá lo sabe, el tipo del remís que me tomé el otro día, la minita que me tiró onda en el bondi ayer… todos sabemos que esto es lo mío (¿?).

Otra cosa. Apenas “re-abrí el boliche” (o sea, apenas re-abrí el blog) miré las estadísticas y mis ojitos no creyeron lo que vieron. Mmmm… qué onda? Hay así como muchas visitas; creo que a la gente le agrado más cuando no escribo… Cuando hacía un post cada 3 días (mentira, nunca fue así) no entraba nadie. Ahora que dejo dos meses, esto se llena de gente? Cómo es? Alguien me explica?

No importa, la cuestión de fondo es que vuelvo. Si alguien lee este post, coméntelo así me siento “importante” (muahahaha).

Y como les digo, toda la vida fue así... “Cuchillito que no corta lo hacen cartera”.

Hace frío, me duelen mis hermosos dedos de guitarrista (¿?) -y sí, dale que vos lo pensaste; en verano me quejo del calor, en invierno me quejo del frío. Y? Algún problema? Yo no soy conformista (…)- por lo que voy a dejar de escribir. Pero no se preocupen, que dentro de poco vuelvo (y en forma de fichas).

Leanmé. Es una orden.

Do it.
Do it.
Do it.

Leanmé o mueran.

Basta, hasta yo me harto de mí mismo.

Ahí se ven!

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viernes, 15 de abril de 2011

Mañana

Mañana se conmemora el aniversario del nacimiento del pequeño Nicolás.

La historia cuenta que en una fría madrugada de otoño, allá por el año '88, el recién nacido Nicolás era recibido por sus padres con la felicidad propia de tener a su primer hijo.

Cuentan quienes saben, que poco duró ese momento de alegría. De pronto, y para sorpresa de todos, el doctor descubrió que de la espalda del niño -a la altura de la cintura- asomaba una cola similar a la de un mono.

Ah, no! Esa no es mi historia, es la de Goku... Lucky bastard...

A ver... Yo qué joraca logré en 22 años (que mañana serán 23)? Cuántas veces salvé al mundo? Mmmmm, esa vez que... no. Y la otra que... Ah, y cuando...

Mmmm... Mmmm... Miérdcoles, no logré nada importante en estos años. Qué carajo festejo entonces? Lo único que hice en tanto tiempo fue abrir un blog (que encima tengo abandonado).

Sin dudas, mañana voy a preferir haberme llamado Kakarotto, tener poderes y poder irme a dar una vuelta en nube voladora...

Kame hame ha?

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lunes, 28 de febrero de 2011

Politiks

Ya lo había dicho acá. El viejo Pablo me ayudó a salir del mundo de los MMORPG.

MMORPG… Qué diantres será esto, no? Pues, wikipedienló queridos amigos.

Aunque, para hacerla cortita, MMORPG equal to jueguitos on-line. Y yo no le jugaba a cualquiera. Le jugaba al Kingsage. Ju-e-ga-zo (aunque algunos puedan tirarme un acertado LAME!).

Sin embargo, tras todas las revelaciones post-Paul, de lo que me di cuenta realmente fue de lo mal jugador que era (MEGA LAME!). Dos veces perdí y tuve que empezar de vuelta y, del hastío que genera cualquier cosa que debe ser recomenzada desde cero, preferí dejar para siempre este mundo tan loco.

Pero nunca digas nunca. Y que acertado es este cliché con forma de sentencia popular.

Qué pasó ahora? Volví, volví a jugar. Incidí en el crimen. Pero esta vez -pssst! … sólo entre nos…- estoy jugando bastante bien.

(What a loser! Get a life!).

Antes era un muerto. Era carne de cañon; ese que no sabe jugar y sirve de alimento para los expertos. Eso era yo. Era, tiempo pasado.

Ahora estoy haciendo un buen papel. Estoy creciendo en el juego y ocupo el puesto número 44 de entre 3000 mil jugadores, aproximadamente. “Lo dejo a tu criterio”, como diría la conocida modelo que destaca por su escasa inteligencia. Las posibilidades son dos: o soy muy bueno o soy un vicioso. La respuesta es obvia…

(What a loser! Get a life!).

De todos modos, en este nuevo comienzo, me metí en las profundidades “reales” del juego. Hay todo un sistema de Alianzas (que vendrían a ser equipos) y en cada equipo hay capitanes. Es de esperar.

Yo siempre supe de esta clase de juegos, y sabía también que muchos de los que participan en ellos se lo toman con mucha seriedad. Nunca hubiese concebido ser una de estas personas que menciono. Pero resulta que sí, ahora soy uno más.

La historia es así: me hice varios amigos en esto. Uno de ellos ocupa un “importante cargo” en la alianza de la que formo parte, y me invitó a cumplir con el rol de Comandante de Batallón. Fuaaaa!! Grosso título.

Yo acepté, para ver qué onda. Ahora tengo a 10 players a mi cargo, tengo acceso a información ultra clasificada de la alianza (qué importante soy!), participo en votaciones, tengo responsabilidades, etc., etc., etc. Es casi como formar parte de una institución real, del mundo tangible (no del virtual). Y yo tengo un cargo. Quién me ha visto y quién me ve!

De aquí surge lo importante. Lo que da razón al título de este post.

Gracias a mi forma de darme a expresar por escrito (léase: forma “decente” de escribir), capacidad con la cual Dios -en su infinita gloria- me obsequió, pude ganarme el afecto y la estima de varios de los integrantes de la cúpula directiva de nuestra alianza; o sea, soy el mimado de los capos o -en su defecto- la mascota de los jefes (que no es tan buena como la primera opción).

Y esto con qué se come? No sé exactamente. Pero lo raro del asunto es que yo, Nicolás, me encuentro haciendo “política” en un mundo virtual e inexistente. El mismo Nicolás que -mediocre- en el mundo real es uno de los tantos que se desentienden e incluso hacen caso omiso de la política, en un juego se hace de aliados, compañeros, gente de confianza, y -por supuesto- detractores (muchos, pero todos la tienen adentro…).

Y vos pensarás “Qué al pedo que estás Nico!”



Sí, buen. Lo admito… pero un poquito nomás… tampoco la pavada…

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jueves, 17 de febrero de 2011

Unas vacaciones de locos. Final (In)esperado

Y sí, yo no soy la excepción a la regla. Yo soy humano como todos. Está en mi (nuestra) naturaleza.

Después de la ravieta que causé... sí, ahora sí... ya de vuelta en casa... me quejo!

"You don't know what you got... until you lose it." Hasta John lo cantó.

Y yo... yo perdí la costa...

Sí loco, me quejo. Ahora me pintaron las ganas de volverme. Ayer me pintaron las ganas de quedarme. Ganas de encadenarme a la casa al grito de "No loco, esto es lo mio! Esta es mi vida. Yo nací para despertarme e irme a la playa todo el día!". Aunque mi cuerpo y mi piel quizá digan lo contrario (estoy violeta ya de tanto darle al sol).

El panorama no cambió ni un poco. Era (casi) como estar solo. Pero cuando te ponés a pensar que tenés que volver a tu vida de miercoles (acá adopto la famosa postura "quejarse de lleno", porque después de todo, mi vida -si bien es aburrida- es buena al fin), no te querés ir más. Encontraste tu lugar en el mundo. Ahí, en la playa. Donde el sonido es el de las olas y el viento (sucundún sucundún) y no tenés que hacer nada. El entorno lo hace todo. Bah, hasta donde te dure la guita, o el mecenas que te banque el arte de vacacionar; osea, papá.

No sé, en líneas generales: no me quería volver.

Allá tenía una rutina que, como era nueva, todavía no me hastiaba. Y eso es bueno. A mi casa vuelvo automáticamente cansado, aunque mi vida se base en no hacer nada.

Además (más que además: la verdad de la milanesa), me enamoré en secreto de una muchachita. Todos los días la veía en la playa y ya me hice a la idea de que me gustaba. Único problema (fueron, son, y serán): mis escasas habilidades sociales. El eye contact (made in Friends) estuvo. Una miradita para vos, una miradita para mí. Algo de "onda" había. Los dos estabamos con nuestras respectivas familias. Nunca cruzamos nada más que miradas. Y a razón de "una mirada = más que mil palabras" hubo un acercamiento. Pero a veces las palabras en su forma original son la única opción. Y yo, como buen "dormilón" que soy, no emití ninguna.

Y ahora, la infinita tortura. "Que hubiese pasado si...".

Nunca lo sabrás pequeño Kimosabi, eso... nunca lo sabrás. Llevo una L grabada en la frente. Ese es mi gran problema. Y todo siempre puede ser peor. Por ejemplo, cuando pasas (con la cuenta regresiva en una hora y media para el retorno a casa) por la esquina (apenas a la vuelta, digamos 20 metros) de la casa en la que estás viviendo, y ves a la madre de la chica en la puerta de esa otra casa.

Vivía a la vuelta! HDP! No, destino aciago. Qué hice en otra vida para ser tan perdedor en esta? Qué hice para que el universo me pateé el trasero y me escupa en la cara?

Lo que sea que gobierna este plano, me grita Bazinga! todos los días.

Representación:

Personajes:

-Universo, Karma, Goku (o como usted prefiera).
-Nico.
-Papá.

U: -Nicolás, te aborrezco. Tomá una probadita de mi enorme poder.

    -Te voy a acercar una mina que te va a encantar, la vas a ver todos los días. Te va a ser correspondida (al menos) en un juego de miradas. Vas a sentir que quizás tengas una chance. Mínima, aunque la vas a creer.

    -Pero esto lo hago solo porque sé que no sos de los que actuan. Solo un poco de tortura. Mmmm... cómo podría agravar la situación? Ah, sí sí. Ella vive a escasos metros de donde vivís vos. Que lo disfrutes... PERDEDOR!

Miercoles 20:30, Nicolás pasa por la calle y descubre la guarida secreta de su "amor": La chica linda de la playa.

N: -Che pá, no nos podemos quedar unos días más?

P: -Unos días más?

En ese momento el joven Nico, pensando en aprovechar esta increíble oportunidad, dice:

N: -Sí, unos días nomás.

P: (dubitativo)
    -No.

U: -Bazinga!

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lunes, 14 de febrero de 2011

Unas vacaciones de locos

Es posible estar en la costa, a puro sol, pero tambièn a puro embole?
Obvio que es posible, y en una medida en la que nadie puede imaginàrselo.
Again, estoy en la costa.
Hay terrible sol.
Hay terrible playa.
Y yo estoy solo como un hongo.
Aburrido en demasìa.

A las 14:33 de un lunes, estoy en un ciber escribiendo en el blog. QUÈ ESTOY HACIENDO? Estoy buscando un aliciente a esta (no hay mejor palabra) "garcha" vacaciòn. (Perdonen el lenguaje, alejen a los niños del monitor. Perdonen las tildes invertidas, es el ciber.)

Nunca, pero NUNCA màs vengo de vacaciones con mi familia. Yo no soy Don Diversiòn o Mr. Joda (aunque quiero creer que alguna vez lo fui...) pero mi famila es extrema. Extremamente aburrida.

Gente, no se puede ir a la playa (con unos dìas hermosos como los que tenemos suerte de estar pasando) y volverse a las 17! No pueden irse a dormir a las 23 hs (o cuando se la juegan, a las 24hs.). Osèa...

Hoy me fui solo a la playa. Ayer me quedè solo en la playa. Me sentì el màs loser, màs de lo normal. Solari, en la playa, como Adolfo (H.) en el dìa del amigo. No sè, es difìcil de explicar, pero asì no deberìan ser unas vacaciones. Uno, en vacaciones, no va a un ciber porque -en teorìa- hay cosas mejores para hacer. Pero no es mi caso.

Hoy estaba solo en la playa y me mandan un mensaje para volver a la casa a comer. Llego y estaban viendo Discovery Channel. Fuck! Quedensè en casa (la original, la de allá conurbano) si quieren ver la tele. Para què paramos a 3 cuadras de la playa, si ustedes prefieren quedarse viendo un documental pedorro sobre un acueducto (o algo similar)? Y encima, ahora se iban todos a dormir una siesta...

Ver la tele, dormir una siesta... Son cosas que hacès tranquilamente en tu casa. Hacìa falta comerse un viaje de 6 horas para hacer lo mismo que hacès todos los dìas?

Tengo 22 años! Quiero un poquito de diversiòn al menos. No me la nieguen, aùn no llegò mi hora de volverme el adulto aburrido que algùn dìa serè.

Mi hermano tiene 18. Uno puede pensar "Debe ser el màs jodòn".
No, si fuese por èl se quedarìa durmiendo todo el dìa.

Le decìs:
-Vamos a dar una vuelta?
-No, tengo sueño. Me voy a dormir.

-Che, vamos a la playa.
-No, tengo sueño.

Rayos!

Tiràs el:
-Vamos a ver minas.
-No, tengo sueño.

Thank you very much.

Viajè 400 km para estar màs aburrido que en casa (la de allá, no esta de la costa), y hacer el post màs largo de la historia.

Ya no sè què decir. Por si no se notò, estoy re caliente. Voy a "solitariar" por algùn lugar. No voy a ir a la casita a ver la tele. No. Aunque ame a la tele. Estoy de vacaciones mierda! (Perdòn, otra vez, por el lenguaje).

Pregunta final: Alguien no quiere coparse y hacerme compàñia? Ja. Nadie anda por Sta. Teresita? (que la prejuzguè, cuando lleguè la apodè Sta. Viejecita, pero no era taaaanta la poblaciòn octagenaria). Tambièn hay gente joven, pero a mì (con mis escasas habilidades sociales) me cuesta demasiado hacer "amistades". What a loser!

Buen, me voy a buscar las "cosas" y me voy a deambular por la playa. De nuevo: solo.

ACLARACIONES:

-Perdonen las tildes invertidas.
-Este post no tiene correcciones. Fue escrito en vivo y en directo, por lo que està bastante crudo y quizàs incoherente.
-Tengo abstinencia de mùsica. No tengo mp4 o algo similar. Extraño mi mùsica.
-Que vacaciones encantadoras che!

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viernes, 14 de enero de 2011

Te comieron la lengua los ratones?

La historia es así: yo juego a la pelota, semanalmente. Los sábados. A veces, sábados y domingos o lunes (como esta semana). Como cualquier otro pibe normal de veintitantos.

Sobre mis habilidades, qué podría decir? Honestamente, decir que soy uno más del montón sería lo más acertado. No soy ni bueno ni malo. Soy un jugador discreto. No creo restar en ningún equipo, a menos que sea un equipo de Messis y Ronaldinhos.

Si me dan a elegir, me quedo jugando abajo, de último hombre. Marco bastante bien, no es tan fácil pasarme. Y a la hora de sacar el C. Ronaldo que todos llevamos dentro, y querer hacer todas las jugadas, las hago. De acá a que me salgan es otra cosa. Pero ya dije que mi lugar es la defensa.

El tema es que, con cada partido (y de forma progresiva), los golpes que me llevo de recuerdo aumentan. Cada día me pegan más. Tengo un compañero, que se caracteriza por patear mucho y con precisión quirúrgica. De él, siempre espero un buen golpe. Pero, cada vez más, todo el mundo me caga a patadas.

El sábado pasado no fue la excepción, aunque me pasó algo nuevo. Me comí un buen manotazo/piña. Un pibe del otro equipo se venía para nuestro arco y salgo a marcarlo. Corrimos hasta la línea de fondo y ya lo tenía cocinado. Pero el flaco, como no podía deshacerse de mí, tira el brazo. El brazo impacta en mi cara.
Ya no me acuerdo. Pero creo que se la saqué, toqué con el arquero, y salimos jugando tranqui. (Al margen: los bailamos sabrosísimo). Sin embargo, me sentí incómodo. Ahí me di cuenta de que, aparentemente, corrí (tras la pelota) con la lengua afuera. (Bien de boludazo). Así que, haciendo una ligera traducción: me pegan una piña = me muerdo la lengua.

Me quedé al costado y uno me pregunta:
-“Qué te pasó?”
-“… Me modí da dengua. Da conch de da doda.”

No le di mucha bola, siguió el partido y ganamos.

El lunes jugué de vuelta y estaba bien, normal. (Al margen: unos profes de la universidad, literalmente, nos humillaron. Es vergonzoso decir por cuánto perdimos, aunque sí puedo decir lo que dijeron nuestros verdugos sobre mi desempeño. “Che se comieron un re baile, pero LEJOS Nico fue el mejor de la cancha.” Tanto así, que fui el único al que invitaron para jugar en el futuro. Me levantaron la autoestima futbolística).

El asunto fundamental de esta historia se dio recién el martes. Me levanté. Cuando me lavo los dientes, quién sabe por qué, me dolió el alma. Me miro en el espejo y me encontré una llaga. EN LA LENGUA! Lo que me mordí, cual pokemon que evoluciona, se convirtió en una llaga. Y lo que dolía/duele!

Del efecto “piña que me comí”, también me corté el labio superior con mis propios dientes. Tomá! Otra llaga más. Pero esa es de las normales. (Ahora pienso, cuán asquerosito es hacer un post sobre una llaga?).

Resultado final: no puedo hablar más. Al menos sin llorar. No puedo comer sin llorar. Me expreso a través de unos sonidos guturales que solo interpreta mi hermana. Encima, cuando la gente te busca charla, cuesta demasiado decir que no podés hablar! No soy un debilucho que no se banca una llaguita! Esta es la reina de las madafakas llagas. Duele demasiado.

Desde el mismo martes que le estoy dando con bicarbonato, sal, Oralsone, y nada. No pasa toronja! No se me va más. Para colmo, ayer fue el cumpleaños de mi papá. Hubo mucha comida y me castiga saber que no pude comer casi nada. Debo admitir que con un poquito de alcohol me adormecí la lengua, pero nada más que eso. Al rato, el dolor de vuelta. Me duele mucho, y más que nada, ya me rompe las bolas.

Aun no deduzco por qué, pero el único momento del día en que no me duele, es la media hora en la que salgo a correr. Cuando vuelvo no me duele y puedo hablar normal. Media hora después, otra vez el sufrimiento. Desconozco qué provoca este alivio temporal, pero la verdad es que ya no me banco la sensación de agujas en la lengua.

Redondeando. Les doy un humilde consejo:

Nunca corran con la lengua afuera (ni tampoco con tijeras en las manos, por las dudas)!

Me voy a seguir llorando.

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viernes, 24 de septiembre de 2010

Sobre Nicolás

Dylan dijo alguna vez que las canciones ya están escritas. Están sueltas por ahí. Solo hace falta encontrarlas. Claro que lo dijo en un intento de atenuar, aunque sea un poco, su genialidad. Mas nadie dudaría siquiera un segundo de ella; pero sí, a él alguien lo eligió para tener la sensibilidad necesaria. Sin embargo, en mi opinión, esta idea no se restringe solo a las canciones. Lo creo una obviedad, no es nada brillante lo que digo. Pasa con los cuentos, con los poemas, con las pinturas, con cualquier cosa plausible de ser producida por una persona.

Todo es pensamiento. Y todo pensamiento ya está "dicho" de antemano. Faltan almas gentiles que los encuentren y les den forma.

Me gustaría ser uno de esos que fueron obsequiados con tal poder divino. Yo vivo topándome con espejismos e imitadores. Y cada vez que los encuentro se me rien en la cara. Se descostillan de la risa. Me hacen sentir humillado e inútil.

No soy Borges, no soy Cortázar, no soy Zimmerman, no soy Rimbaud, no soy Lennon, no soy nadie en especial. Soy Nicolás. Solo busco algo que no voy a encontrar.

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jueves, 2 de septiembre de 2010

440

Subo al colectivo. Hay asientos libres; voy y me siento atrás. En la última fila. Hay 5 butacas una al lado de la otra. Yo me siento en el medio. Puedo ver todo lo que hay, a izquierda y a derecha. Acá tengo perspectiva. A un par de cuadras un auto se frena en medio de la calle. Otros empiezan a tocar bocina. El colectivo hace sonar la suya. Es como si un perro grande le ladráse a uno más chico. El tipo está caliente. Le veo la bronca que se refleja en el retrovisor. Al lado mio la mamá y el nene hablan de los deberes. El colectivo frena porque dos chicos tocaron el timbre. (Ellos ya llegaron). Corro en el poco espacio y me siento solo. Me gusta sentarme solo. Más adelante seguro suben otras personas a ocupar los asientos vacios. Cuadras más tarde (acá el tiempo se mide en cuadras) suben nuevos pasajeros. Son dos. Están algo sucios. Creo que vienen de laburar. Hablan alto. Yo me doy cuenta de que hoy me pude sentar. Soy alguien afortunado, hoy puedo disfrutar del paisaje. Veo los grandes carteles. Me quieren vender tantas cosas. Me venden ofertas de supermercado. Me venden recitales en algún lado. Me venden gente a la que votar.
Si tuviese que comparar, afuera se esconde el frío y adentro vive la tierra. Yo soy alérgico. El colectivo vuelve a parar, pero esta vez para llenarse. Yo hoy me pude sentar. Miro a la gente, pienso en qué piensan. Yo pienso en ellos y pienso en ser poeta. No es fácil. No leí a nadie hablar de un viaje en colectivo. Convengamos que tampoco leí mucho. Quisiera tener otra sensibilidad. Pienso en decir cosas más importantes. Pero no soy ningún genio. Hoy solo puedo hablar de viajar en colectivo. Me gustaría tener otras palabras, las justas. Poderlas manejar como este tipo maneja su colectivo. Poder darle forma a lo que otros solo piensan, a lo que sienten pero no pueden decir. Pero yo no puedo ser un genio, aunque sí hablar de viajar en colectivo. Si cada vez que viajo en uno escribiese un poema sería el autor más prolífico.

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