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martes, 20 de septiembre de 2011

El plan

Quiero ser el monstruo de la década.
Quiero ser totalmente incontrolable.
Ser la mismísima destrucción.

Godzilla moderno, que no deja ciudad en pie.

Los rascacielos sufrirán en mi presencia.
Fluiré en el caos.
Tiraré todo abajo y levantaré un nuevo reino.

Así va a ser mucho mejor.
La gente por fin me va a entender.

Y si no… empezaré de vuelta.


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viernes, 5 de agosto de 2011

Soy

Lo que veo y lo que escucho.
Lo que toco y lo que siento.
Lo que vivo.
Lo que amo y lo que odio.
Lo que creo.
Lo que escribo y lo que leo.
Lo que canto.
Lo que río y lo que lloro.
Lo que miento.
Lo que rompo.
Lo que corro.
Lo que duermo.
Lo que sufro y lo que duelo.
Lo que caí y lo que sangré.
Lo que no soy y lo que no fui.
Lo que Beatles.
Lo que Dylan.
Lo que Borges.
Soy ella.
Soy ellas y ellos.
Soy mamá, papá, hermano y hermana.
Soy vos.
Soy lo que vos querés que sea.
Sos lo que quiero ser.
Sos lo que no conozco.
Sos capricho divino.
Soy espera.
Soy un nombre.
Soy un niño.
Soy miedo.
Soy obsesión.
Soy otro.
Soy tantos como espacio en mi cabeza haya.
Soy tantos como segundos en tu reloj.
Soy voces y palabras.
Lo que dicen y lo que grito.
Lo que guardo y lo que oculto.
Lo que cambia y lo estático.
Lo que intento ser.
Lo que pienso.
Lo que no escribo.
Lo que pasa cuando las substancias chocan.

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miércoles, 29 de diciembre de 2010

Martes

A las siete de la tarde
todo en mi patio es más naranja.
The sun is waving goodbye.
Hay una jaula para el pájaro invisible,
y los pesados árboles donde se esconden los de verdad.
Las sombras todavía juegan con las paredes blancas.
Los perros te miran.
Escucho a las abejas.
Escucho la lapicera sobre la hoja.
Los autos, las motos, alarmas.
Los nenes del vecino.
La música, el pibe de en frente.
Mi hermana que prende la tele.
El libro me sigue esperando.
El silbido de un pajarito robot.
Otro levanta la cabeza,
mientras pisa las tejas calientes de la casa de atrás.
Un perro viejo que se despierta
y empieza a ladrar.
Los colores de otra pared.
La rosa que va muriendo,
pero igual asoma.
Las uvas verdes.
La madera y el metal
y las hojas y las hormigas
y vos y yo
y ellos y nosotros
y los pájaros y el aire y el sol
y las máquinas y los vecinos.
En mi barrio nadie se calla a las ocho de la noche.

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viernes, 17 de diciembre de 2010

Axiomático

Una historia casi discreta de amor.
Un reproche aquí y otro allá.
Pero se pelean y se aman.
Compiten por quererse más.
Hay como un tono nostálgico en el aire.
Algunos lo pueden cantar.
A ellos se les hace parte en la piel.
Lo único que pueden hacer es bailar.
Se va mutilando esa cosa parecida al amor.
Se hacen canciones.
Se cantan locuras.
Bailan.
Ella se va y él corre en sentido contrario.
No se distancian porque la inercia los reune.
Su todo explotó en sincronía.
Son parte de un mismo sistema.
Son el mismo universo.
Ustedes son acá.
Bien o mal.
Están atados de los ojos.
No pueden dejar de verse.
Quizás puedan, pero para qué intentarlo?
Mejor seguir cantándose.

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martes, 2 de noviembre de 2010

Preludios

Yo soy un Dios maligno
infinitamente poderoso
y como estoy aburrido
te inventaré un amor
te haré quererlo y adorarlo
hasta que lo creas tuyo
y cuando todo parezca dicho
golpearé el timón
me reiré de tus manos
y mataré a tu amor.


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viernes, 22 de octubre de 2010

Instantánea

Mi cerebro
limitado por una cajita
duerme dentro de su oscuridad
mis pensamientos
prisioneros de mis pensamientos
yo mismo
me encierro en una jaula
y disfruto viéndome morir
mi imaginación
asfixiada
se acerca al azul
se desorbita

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jueves, 21 de octubre de 2010

Arañas

Una araña me paralizó con tan solo su mirada
el aire ya no quiso correr en el momento de nuestro encuentro
no era el insecto ordinario que uno esperaría
no era una araña como las miles y una que ya había visto
esa cosa ínfima enervaba mis nervios de tal forma
decidí detenerla, destruirla
decidí ser juez de su suerte (la mía, la nuestra)
y terminar con la incomodidad que su existencia me generaba
decidí darle muerte y volverla solo eco de vida
esa araña
ella perfectamente tranquila
ya sabía qué iba a suceder
qué depararía el futuro de ambos
no era el insecto ordinario que uno esperaría
mi pie cae como el rayo que desordena la noche
quién lo detuviera?
pero conocí de antemano el resultado de mi astucia
de esa araña miles más pequeñas
nacieron
obviamente decidí matarlas
así
miles y miles con cada pisada
cada vez más pequeñas
nacían de una araña anterior
no eran iguales
tampoco distintas
cada vez más arañas me observaban
así cedí ante el sueño

                          -----------------

Ahora me dominan
no dejaron blanco en mi estúpido cuerpo
amenazan quedarse a vivir
transformarme en una de ellas
para poder desaparecer debajo de algún zapato temeroso
del cual pronto nos reiremos

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viernes, 10 de septiembre de 2010

Escondidas

Adoro verte definir la libertad.
Verte darle forma en tus palabras.
Adoro que pronuncies con tu boca un oasis.
Y que inventes con tus ojos arcoiris.

Adoro que los pájaros sueñen en tu presencia.
Que el viento baile con tu pelo.
Adoro no tener que hablarte con mentiras.
Ni tener que fingir pactos.

Adoro lo que no te conozco
y que la brisa nos vuelva a separar.
Adoro que te escondas en los sonidos
y encontrarnos a orillas de una canción.

Adoro reflejarnos en fotos
que solo nosotros imaginamos.
Adoro que todo lo que digo
desaparezca ante tu sola imagen.

Adoro que sortees los besos
de la lotería que solo yo conozco.
Adoro ser el niño que llora
cuando se pierde en alguno de tus secretos.

Adoro verte colores
que despúes vas a susurrar.
Adoro ver lo que no ven
aquellos que no te adoran.

Adoro que vayas adelante
y que me guies hacia ninguna parte.
Adoro sernos desconocidos
y que los minutos nos hagan nosotros.

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jueves, 9 de septiembre de 2010

Tarde

El hijo de un héroe a un costado.
El hombre impreciso se presenta por correo, y viste de traje.
¿Qué hacer con eso?
¿Cómo evitar asesinar las responsabilidades?
La juventud se va escapando.
La melancolía ayer estuvo presente y me besó.
Ya comienzo a cansarme de tener que malograr todo.

Desperdicio las bondades.
Voy torturando pensamientos.
Voy malogrando granos de arena.
Imito infinitos rayos de agua
que incendian las huellas del pasado.
Las palabras vejan los suspiros de mi alma.
Se vuelven viento.

Es hora de sacar la basura,
las moscas se hacen intermitentes
entre los cadáveres con los que flotamos.
Río abajo caigo. Y las moscas son disparos.
Los fantasmas nos muerden los pies
y la tierra comienza a taparnos.
Hoy voy a rezar en el altar de la montaña.

Directo de algún lado.
Llega el minuto en el que los relojes mueren.
La sangre veda los ojos. El hastío me acuchilla.
La rutina se corona reina. Las fuerzas se desvanecen.
El río se vuelve negro (mi cuerpo se vuelve pesado)
y los peces no resisten las lágrimas.
Frente a tu portal cerrado la vida me deja de hablar.

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viernes, 20 de agosto de 2010

Ciclos

Alguien muere ahogado
en una habitación obscura.
En un lugar que nadie conoce.
En una calle que nadie camina.
En los restos de una ciudad que pocos recuerdan.
Alguien muere ahogado
en sus propias lágrimas,
que no se dejan saborear
por la tristeza de no ser nadie
para nadie.
Por el enfado de alejarse
y ser desconocido,
aún en un reflejo.
Lejos.
Donde ni un tren de sonido llega.
Donde ni los pájaros se atreven a entrar
y al diablo le da asco mirar,
porque las lágrimas
lo ocupan todo.

En un punto,
bajo un farol
que se derrite sobre aureolas,
apenas se divisa una figura.
Hija del destino,
que ya no recuerda a su primogénita.
Que la olvidó en una curva de la carretera.
A las cuatro de una tarde de domingo.
Ahí por el sur.
Adonde regresan algunos a morir,
en paz consigo mismos.
Para cerrar el telón
sin recibir aplauso.

Pero nunca se está realmente solo.
Alguien muere en otro lado.
En ese segundo exacto.
Cuando el universo se equilibra,
y trae las cosas nuevas
a ocupar viejos espacios,
que la tristeza limpia y abandona.
Y así, las lágrimas se secan.
Y así, todo vuelve a empezar.

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miércoles, 18 de agosto de 2010

Ellas y yo

estoy escribiendo
solo porque me lo piden
las oigo quejarse todo el tiempo
dicen que ya no sé qué hacer con ellas
las miro
casi sin tener que abrir los ojos
ya no sé qué hacer con ellas
a veces sueño con despertar
y darles un motivo
otros días, son mayoría,
tengo ambos puños cerrados
comienzan a ser un problema
ante el enfado generado
preparo una taza de té
ellas prefieren un café
o una experiencia alcalina
según cuentos de otros
de todos modos
saben que voy a negarles mi presencia
no es esa mi ceremonia
son inquietas
las más de las veces
no se dejan retratar
no se dejan pronunciar
no se dejan atrapar
hacen muy complejo este juego
que, aunque derrotado, me hace feliz
lejos de mi casa
admiten ser mejores
en otras manos
admiten mi maltrato
amenazan abandonarme
pero van y vuelven
es extraña sensación
ese péndulo de amor y odio
de momentos y momentos
de cuando los buenos son realmente buenos
y los malos realmente malos
a veces pienso
en lo que estoy haciendo
y las cosas van bien
otros días no
ya no pienso
y las cosas van bien
y esos momentos
quizas no valgan nada
los difíciles
son los más
más valiosos
más cruentos
más necesitados de pasión
o de sueños

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domingo, 15 de agosto de 2010

Sobre la vez que estuve muerto

Créanme que una vez estuve muerto.
Y yo no era yo.
Era él.

El mediodía de europa.
La noche de mi patria.
Era todo un soñador.

Acaricié el suelo.
La gente no se podía acercar.
Alguien me sostenía.

Hermoso lugar.
Desafortunadas las circunstancias.
Aunque no lamento el viaje.

A un lado y al otro de la valla, la muerte.
Uno era un soldado. Otro era yo.
Y otro era él, pero no lo sabía.

Mi vida estaba en juego.
Un soldado no podía perder.
Yo aún menos.

Tosí sangre.
Ese soldado debía velar por mí.
Y así lo hizo (aunque en vano).

Sentí morirme.
Sentí el terror ajeno.
Sentí dejar de ser.

De repente estaba afuera del espectáculo.
Vi el cuadro y aprecié su alma.
Pude vernos.

Estaba muriendo y ya no hacía nada para evitarlo.
Pero yo ya no era yo.
Era él.

Nunca estuve muerto.
Pero en ese momento final,
él pudo ver(me) morir.

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viernes, 13 de agosto de 2010

Tema diez y ocho

Media taza de café helado.
Olvido mediante.
Microondas.
Ocho y veinte de la noche que es mañana.
Microondas.

Ahora es café caliente.
Me quemo la lengua.
Me sale un olor a infancia.
Un trago amargo.
Son 5 para las ocho y veinticinco.

Demasiado ocupado para escuchar entre líneas.
Demasiado.
Es poco.
El eco del tipo que te enamora con la voz.
"Si te viera ahí", dice.

Habla de encuentros y deseos.
Habla de buscarte.
Habla de cosas que quedaron por decir.
Habla de veces que no estuve.
Habla de extrañas visiones musicales.

"¿Dónde estuviste?
El café está helado."
"Fue un descuido.
Me caí en el eco."
Reíte por mí.

"Si te hubiese visto ahí...
seguramente vos no me hubieras visto a mí."

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viernes, 6 de agosto de 2010

Ellos

Hombre bueno.
Niño eterno.
Ingenuo romántico.
Autoproclamado poeta.

Príncipe autocoronado.
Quiere encarnarse en el genio.
Quiere fluir en el amor del nuevo siglo.
Genio busca ser en algún lugar pérdido.

Genio y príncipe.
Aquí no hay tanto drama antiguo.
Aquí hay otras bestias.
Príncipe y genio.

Romance y maldición.
¿Quién lee las cosas que escribe el maldito?
¿Quién oye las cosas que grita el amor?
¿Quién podría abrazarlos?

Ya nadie.

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miércoles, 4 de agosto de 2010

Voluntad

Estoy a dos pasos del verdugo.
El silbido de su cuchilla es asqueroso y fino.
Y su brillo horrible y enceguecedor.
Estoy acorralado en un rincón del témpano.

A ramas quebradas suena la luz.
Incendio en el bosque, huesos molidos.
Cruje la alumbrada oscuridad.
Alguien se rie en silencio.

Ella se va acercando.
Juega a evitar los charcos de claro.
Me araña la mejilla con la mano esquelética.
Se siente contenta entre la herrumbre y mi reloj.

Su perfume es veneno de confusión nueva.
No sé si es azufre, ¿o será un jardín de flores?
Incómodo por su compañía.
Porque la conozco y no sé quién es.

Por extraños me gustaría hacernos pasar.
Hipócritas y desentendidos.
Como todos.
Pero es dueña de la fuerza del toro embravecido.

En la elegancia lúgubre de su figura
y en la negra sombra que evoca
promete la paz que no tiene precio
con la sola estocada de su pincel.

¡Reina de los colores verdaderos! parece sincera.
Con toda ternura me busca convencer.
Mas de ser ingenuo no es momento y esquivo caer dormido.
Intensa busca mi mirada y me vuelve a hablar.

¡Idiota quien de sus ojeras se enamora!
Hay quienes la buscan en los rincones y pagan los costos que sean necesarios pagar.
Yo solo pienso en evitarla.
Pero no está dicha la última palabra en esta conversación.

Y recuerdo las historias que he de saber,
de bravos y valientes que no temieron.
Ni siquiera en el último de los suspiros.
Me resisto a desaparecer.

En duelo el pincel y lo que queda de esperanza.
Última cruzada. Imperdonable pensar en caer.
¿Qué queda aún por perder si marchito está el corazón?
Pero todavía mi último aliento sigue siendo mío.

La dama que besa de noche elogia mis intentos.
Quisiera permanecer en el lugar al que desde siempre pertenezco.
Y en esta última confesión por qué no admitir el miedo.
Si a fín de cuentas solo soy uno entre muchos más.

Sería más entretenido narrar un enfrentamiento épico.
De esos en los que los héroes se vuelven héroes.
Pero a fín de cuentas solo soy uno entre muchos más.
Pero todavía mi voluntad sigue siendo mía.

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miércoles, 21 de julio de 2010

Contar

He visto cosas increíbles.
Y fui compañero de los árboles
que me contaron, tormentas mediante,
historias de mejores tiempos.
De cuando el aire era eterno
y no se perdía en la putrefacción.
De cuando el agua era el espejo
en el que se reflejaba lo verdadero.
Cuando la tierra era tierra y no suelo de concreto.
Cuando los caminos eran andados
y pocos eran los viajeros.
He visto a las nubes acariciar las montañas
al nacer temprano el día.
Vi a las hojas ser descanso de lluvia y nieve.
Hasta las vi ser mimadas por los rayos de sol.
He visto a los pimpollos florecer.
A los frutos caer del árbol.
Al pasto, hoy verde ceniciento,
crecer desde la semilla que cayó del pico
del pájaro que estaba de paso.

Vi nacer.
Vi vivir.
Vi morir.

Pude ver al agua escapar de la nube progenitora.
Pude verla correr al encuentro de su amor
y juntos fundirse en un beso que solo sabe de pasión.
Que solo conoce el amor en que dos se hacen uno.
Dos que se funden en un solo ser
a los ojos del resto, que en silencio,
se retuerce de la envidia.
Que sucumbe ante el deseo de vivir algo así.
De tenerlo y poder guardarlo en algún cajón.
En la mesa de luz.
Para ya no tener que sufrir la noche en oscura soledad.
Para que el único abrazo ya no sea el del viento
que se cuela por las hendijas de la persiana.
Para que la ventana ya no vomite el frío sobre la cabeza
y congele los sueños de la madrugada.
Para reírse de las leyes del universo.
Para dejar de ser desconocidos.
Para concluir la búsqueda que forzó atemorizado
el antiguo dios de otros altares.
Para volver a ser uno ellos dos.

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jueves, 15 de julio de 2010

Un día

¿Cómo acomodarme a esta desordenada sensación?
Me impusieron una camisa de fuerza que constriñe toda emoción.
Me ataron de pies a cabeza.
Asesinaron nuestra diversión.

Por la puerta a medio abrir
entra el fresco que no pide permiso.
Tiene el gusto del invierno.
El gusto que el frío deja cuando te agarra de la mano.

En un colchón de hojas secas
me voy a tirar a dormir una siesta
que sepa mitad a tu cariño y mitad a tu belleza,
para despertar renovado a orillas del sol que sale.

Pero hoy te pido que no quememos nada.
Que lo bueno sigue siendo bueno,
aún cuando el cielo se deprima y las palabras no salgan de casa.
Aún cuando lo malo siga siendo malo.

Cuando las ideas se cierren y el puente se deshaga
si querés podés pedir un abrazo.
Pero todo lo que va viene,
y si me confundo voy a correr a tus brazos.

Por más bien que me siente esta camisa
comienza a darme urticaria.
Pero ahora que cuento con vos, somos dos,
va a ser más fácil desabrocharla.

Así que mejor me la saco y la tiro
y me libro de posibles desgracias.
Con tamaño obstáculo lejos
cualquiera recupera eficacia.

Me honraría me acompañes
a mi colchón de hojas doradas,
que sobre el cielo se posa
un escenario de estrellas plateadas.

Ahora que la noche nos abriga
y nos recibe con toda elegancia,
quedémonos sentados,
(dormidos) a esperar la tersa luz del alba.

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lunes, 5 de julio de 2010

Buen viaje

Queda un abismo,
un vacío sin color.
Sin luz. Pura sombra.
Queda la nada.

Quedan las manos desnudas.
La sensación de no estar,
de no saber qué hacer ni decir,
como si no estuviese en tierra firme.

Mi memoria queda a merced del viento.
A los caprichos de un soplido que no es nuestro
atadas quedan las imágenes
que antes habían llenado el cuadro.

No nos dimos cuenta
y el trayecto se acabó.
El paisaje estuvo ahí,
pero nunca frené a disfrutarlo.

Llegamos a la cruz en el mapa.
A la línea de meta.
En este último casillero del juego
sentémonos y miremos hacia atrás.

¡Cómo corrieron las horas!
Se estrellaron contra el sol.
Y no velé por ellas. Tampoco las cuidé.
Se cayeron por el agujero en los bolsillos de algún pantalón.

Un vacio del tamaño de un planeta deformó mi corazón.
Me empapa la tristeza con aroma a licor.
Embriagados de alboroto.
Todo por el deseo de escapar de la novela.

Cada vez las ramas se bifurcan más.
Las rutas van abriendo y ensanchando.
Las flechas van cruzando.
Y los viajeros convinieron que es momento del adiós.

"Adiós, ha sido un placer."
"Adiós, un gusto habernos conocido."
Pero todo esto sigue, cada uno por su lado.
Cada uno con su propia aventura.

¿Por qué tanto dolor?
¿Por qué me toca a mí sentir esto?
Es condensación de ardores inesperados
que se agrupan en una nube de tristeza.

Pero damos cuenta de que las cosas cambian
y ya no somos como ayer.
Ayer dolía. Hoy ya pasó.
Así de sensible soy.

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miércoles, 30 de junio de 2010

3 de invierno de 2 mil frío

Tres de invierno de dos mil frío.
Invierno, otra vez.
Los zapatos ya no abrigan las pisadas.
El viento me corta los labios y cruzo los brazos.

Tanto frío que hasta el alma se me eriza.
El pasto ya no es verde, puro blanco.
Dejó de ser amable la brisa de mi noche.
Dios hoy no va a madrugar.

Las recetas de la abuela comienzan el desfile.
Recomendaciones de papeles amarillos.
Me pierdo en una senda de gripes y resfríos
y casi que caigo contra el suelo.

Mi cabeza va a explotar.

Busco un espacio en el que el sol descanse y me acompañe.
Al resguardo del gélido viento.
Al reparo de los rayos de sol.
Tanto el frío y tan dulce el calor cuando lo pruebo.

Dan ganas de soñar.

La gente no se mira en el tránsito de pies.
Las manos se meten en los sacos.
Gris está el paisaje sentimental
como si las penas volaran y ocuparan los vacíos.

Los gorros de colores se empiezan a apagar.
Café, té, mate. El agua pierde regocijo.
La neblina matinal ahogó los ojos, sofocados andan.
Y las narices rojas... quién las va a robar?

Llego cansado de viajar.
Mesa de guantes y bufandas.
El frío renace y ya no como enemigo.
El frío renace pesadilla de antaño.

Siento la tibieza.
El calor empieza a renovar.
"Decime lo primero que se te venga a la cabeza."
"Hogar, dulce hogar."

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lunes, 21 de junio de 2010

El brillo

Vamos a difamar un poco de tu locura.
Que lo que destiñe no es esencia,
es superficialidad.

Que de naipes es tu castillo
y tu fortaleza de cartón.
Que lo que chorrea no es platino,
es asco por el vencedor.

A vos te duelen los pelos.
A mí me llora el corazón.
Y cuando se me acalambren los dientes
no prendas el calefón.

Las visiones no vienen de día.
Llegan cuando huye el sol.
No es fuerte la melancolía,
es tibio el viento si viajo con vos.

Los espías de las cerraduras,
que husmean cuando quema el café,
no son los de aquellos días.
No son ni van a volver.

Y cuando se inunde tu noble morada
te invito a tomar el té,
que el beso que no se ve
no está en el aparador.

Agarrá fuerte el paraguas
que frena lo malo que viene,
que las frutillas cuando llueve
no quieren secar la pared.

Y cuando tu viejo pincel se muera
y no quede más por hacer
llamemos a quien cure la duda
y después... después veré.

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