lunes, 23 de agosto de 2010

Positivamente la calle 4

Vos sí que tenés cara
para decir que sos mi amigo.
Cuando yo estaba deprimido
vos te quedaste ahí sonriendo.

Vos sí que tenés cara
para decir que tenés una mano para ayudar.
Lo único que querés es estar
del lado ganador.

Decís que te decepcioné
y sabés que no es así.
Si estás tan lastimado,
¿por qué no lo demostrás?

Decís que perdiste tu fe,
pero de eso no se trata.
No tenías fe que perder,
y lo sabés.

Conozco la razón
por la que hablás a mis espaldas.
Yo solía estar entre esa multitud
en la que ahora vos estás.

Me tomás por tarado
al pensar que haría amistad
con quien intenta esconder
lo que ni siquiera sabe empezar.

Me ves en la calle
y siempre actuás sorprendido.
Decís "¿Cómo estás?" "Buena suerte"
pero no lo decís en serio.

Cuando, como yo, bien sabés
que preferirías verme paralizado.
¿Por qué no lo reconocés de una vez
y lo gritás?

No, no me siento tan bien
cuando veo las angustias que fingís.
Si fuera un ladrón maestro
quizás te las robaría.

Y ahora sé que no estás a gusto
con tu posición y tu lugar.
¿No lo entendés?
No es mi problema.

Desearía, aunque sea por una vez,
que pudieses estar en mis zapatos.
Y solo por ese momento
yo podría ser vos.

Sí, desearía que, aunque sea solo una vez,
pudieses estar en mis zapatos.
Entenderías el fastidio que es
tener que verte.

*Nada más que una traducción de una genial canción de Dylan.

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