El brillo

Vamos a difamar un poco de tu locura.
Que lo que destiñe no es esencia,
es superficialidad.

Que de naipes es tu castillo
y tu fortaleza de cartón.
Que lo que chorrea no es platino,
es asco por el vencedor.

A vos te duelen los pelos.
A mí me llora el corazón.
Y cuando se me acalambren los dientes
no prendas el calefón.

Las visiones no vienen de día.
Llegan cuando huye el sol.
No es fuerte la melancolía,
es tibio el viento si viajo con vos.

Los espías de las cerraduras,
que husmean cuando quema el café,
no son los de aquellos días.
No son ni van a volver.

Y cuando se inunde tu noble morada
te invito a tomar el té,
que el beso que no se ve
no está en el aparador.

Agarrá fuerte el paraguas
que frena lo malo que viene,
que las frutillas cuando llueve
no quieren secar la pared.

Y cuando tu viejo pincel se muera
y no quede más por hacer
llamemos a quien cure la duda
y después... después veré.


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Miran

Ojos locos llenos de ira.
Ojos locos, sí señor!
Que me miran y han mirado,
que los veo y se enfurecen.

Cargan ellos miles de cosas.
Tiburones naufragados,
besos nunca dados,
y sonrisas apretadas.

Un flequillo que los pica,
unos flecos bien dorados.
Exasperan esos ojos,
obligan, caen los párpados.

Rojos e iracundos,
son ojos de represalias tomar.
Ojos que saben pelear.
Ojos que invitan a llorar.

No los miro y me gritan.
Quietos, ahí parados.
Mis ojitos buscan escape
pero ellos solo buscan pelear.

Y esos lentes de viejos tiempos
se les amigan y los agrandan.
Miedo, miedo, uy que miedo!
Hoy no voy a poder soñar.

Muy cordial espero serles
y pedirles no molesten.
Ojos locos que no mienten
no me vengan a empujar.

Pero miren! Lo he pensado
y hoy les vengo a proponer
que descansen por un rato
y mañana volvernos a ver.


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Estático

Gatitos siameses blancos
con ojos que pinchan cuando te miran.
Con sus patitas arriba y sus garras opacas
señalan la vida que nunca supimos tener.

Caracoles dormidos nos cuidan,
como dibujados fuera de un tiempo que no le es propio,
al frío del hierro que recorre tu pared.
Un muro de musgo vestido en verde inglés.

El dragón aún yace inmóvil
ahogado en su propio cuento,
muerto en el patio
con el fuego que tiembla y suplica vivir.

La destrucción después de las risas.
Y alguien debe limpiar el desorden.
El caos no se va a volver armonía,
al menos no por nosotros.


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Juego

Siento que me mintieras.
No quiero una explicación.
Me duele la cabeza por las vueltas que vos das.
Te convertiste en presa de tu propia soledad.

No me molestes, déjame caminar.
No me controles, me quiero equivocar.
Las dos gotas de sangre recuerdan tus errores.
Y ahora es tarde para reflexionar.

No endulces la mentira. Desvistamos la verdad.
El juego de las palabras bien lo supiste jugar.
Tan cínica fuiste y te dejaste perder.
De ingenua te vestiste y me quisiste engañar.


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A la amistad

Hermosas las imágenes con las que uno puede encontrarse cuando camina por la calle. Imágenes que a uno lo dejan pensando.

¿Un ejemplo? Un grupo de amigos, todos con una sonrisa en la cara. Cuatro amigos alegres y cómplices.

Se nota a la legua, aún siendo un extraño que no participa de la situación, que se saben de memoria los gestos y mañas de cada uno.

Todos con ese pelo blanco que los años, sin consultar, les obligaron a usar.

Lindo cuadro el que me regaló la fría mañana de miércoles.

Sin duda algún día quiero ser parte de algo así... Y que los años no me quiten más que el color del pelo.

Que las otras cosas se conserven.


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Laberinto de naturaleza humana

Te busqué y no te encontré.
Me encontraste y me escapé.
Y ahora quiero estar solo.

Desapareciste y te llamé.
Contestaste y me alegré.
Y ahora quiero estar con vos.

Sólo quiero lo que sé que no puedo tener.
Y si estás al lado mío, lo sabés, no es culpa tuya si me aburro.
Cuando te tengo no te quiero.
Y si te quiero es porque te alejas.

Y te vas.
Y te busco y no te encuentro.
Y te llamo y no me contestás.

Bien sabés que para mí esto no es un juego.
Pero igual me gustaría ganar.
Siempre fuimos iguales,
y por todo nos gustó pelear.

Es difícil decirte esto...
Pero te quiero más cuando estás lejos.
Cuando las cosas no salen como espero
me entretengo más.


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Final (no) Feliz

Caminando por las calles desoladas
busco esquinas encontradas,
giro y no puedo volver atrás.

Caminando por las calles que se cruzan
mientras oigo a las aves que murmullan
y vos que no te podés despertar.

La copa de esos árboles nos ocultan una brisa.
La tierra seca que se mete entre tus dedos.
Las cenizas del cigarrillo que prometiste ibas a apagar.

¿Qué hora es?
Se nos hizo tarde para hablar.

Ahora, sí ahora, estamos así.
Las caras desfiguradas de discusión
con los ojos en cristal de impotencia.

Beso en la mejilla y un saludo a mi dolor.


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