viernes, 23 de septiembre de 2011

Refrán

“Al que madruga… Oak le da un charmander.

Y a los boludos que se quedan dormidos les cabe un Pikachu.”


Ash: - Che… y es poderoso éste?
Oak: - Y... mirá… es amarillo y es buena onda…


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martes, 20 de septiembre de 2011

El plan

Quiero ser el monstruo de la década.
Quiero ser totalmente incontrolable.
Ser la mismísima destrucción.

Godzilla moderno, que no deja ciudad en pie.

Los rascacielos sufrirán en mi presencia.
Fluiré en el caos.
Tiraré todo abajo y levantaré un nuevo reino.

Así va a ser mucho mejor.
La gente por fin me va a entender.

Y si no… empezaré de vuelta.


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jueves, 15 de septiembre de 2011

Con dulce de leche


Nada peor que ser una línea recta. Pero eso, sin embargo, no justifica embarcarse en el polo opuesto.

Si hay algo que me da escozor es la gente inconsistente; práctica e ideológicamente. No digo que un cambio en la forma de ver las cosas no venga bien de tanto en tanto; la monotonía, por naturaleza, es un garrón. Y que quede claro (me lavo bien las manos) que ni por asomo afirmo ser el rey de la coherencia, porque nadie –absolutamente nadie- resiste un archivo.

Actuar siempre según lo que uno dice a veces se vuelve insostenible y está permitido panquequear de vez en cuando. Pero tampoco da abusarse. Mucha gente se llena la boca hablando de tal o cual cuestión para, al otro día, sentarse en la vereda del frente y defender -a diestra y siniestra- los valores que (hasta no hacía tanto) detestaba y combatía fervientemente.

Es como, de repente… PUM! Barrilete (barrilete cósmico). Se unen a lo que solían definir como “el lado oscuro de la fuerza”. Y uno, que creía saber que tal persona luchaba por una causa x, ve a este susodicho sujeto (hombre o mujer) y piensa: “Momentito, momentito… Cómo es esto?”

No digo que hay que ser una persona 2+2=4. Pero un poquitito de coherencia con uno mismo no hace mal. Que la inconsistencia no sea tu única práctica consistente. O criticá en voz baja, así mañana no quedás mal a los ojos de los que -como yo- opinamos porque el espacio en blogger es gratis (y lo seguirá siendo -GUIÑO GUIÑO* Facebook-).

Gente panqueque. Cada vez hay más.

(Y la relación dulce de leche-gente no es alentadora. Ponete las pilas Serenísima!).


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domingo, 4 de septiembre de 2011

Cuatro

ADVERTENCIA: el siguiente post es amor puro. 

A esta altura de mi vida me permito decir que, casi 100% seguro, la música es lo que más amo en el mundo. No se me ocurre nada que pueda disputarle o incluso pedirle compartir su posición privilegiada. Y ahí dentro, ahí adentro de esa cosa que tanto amo, están ellos: The Beatles.

Podría escribir tantas palabras, tantas oraciones con y sin sentido. Tantas que me gastaría los caracteres que Blogger me ha destinado a mí y a otros bloggers. Pero incluso así no llegaría a decir ni la mitad de lo que se puede decir de ellos, no diría nada. Porque acá sólo hay posibilidad para los extremos. Para uno solo. Cuando algo es la totalidad, nada que uno pueda decir va a significar algo.

Hay días en los que me ilusiono e ingenuamente creo finalmente haberlos entendido, haber entendido todo. Pero no. Casi automáticamente vuelvo a la realidad, al primer casillero, después de haberme sentido superhumano. Y me decido por la opción más fácil, putearlos.

Entre desconcertado, maravillado, casi drogado o, más específicamente, extasiado, me inclino por putearlos. Irrespetuarlos. No queda otra. O sí, agradecerles por ser lo que son -que vamos, fueron, siguen siendo y serán (más allá de todo cliché)-.

Agradecerles por ser cuatro y dejar que surja esa pregunta boluda e insensata acerca de cuál es el mejor. ¿Importa? Me parece que no, pero admito que a veces participo de esa irreverente comparación, pero puedo despertarme a tiempo y darme cuenta de que hay cosas que son como son y es totalmente inútil querer indagarlas y desglosarlas. El mundo ya es lo suficientemente bueno.

Agradecerles por haber jugado y dejarnos escucharlos y verlos jugar. Supongo que mucho de lo genial de ellos radica en eso. En el juego, en el fluir, en el dejarse ser.

Para mí ellos van a seguir siendo un misterio, y por eso quizás los quiera tanto. Pero no por una inclinación natural de lo humano hacia aquello que no se comprende. Es por ese carácter multiforme que tienen. Cada vez que los escucho son distintos. Cada vez escucho cosas nuevas, mejores, inentendibles, inabarcables. Cada vez que los escucho dejo de ser yo y me convierto en otra cosa. Y vuelvo a escucharlos -ya distinto-, y vuelvo a descubrirlos, y otra vez el cambio; así, en un proceso infinito. Son como algo que provoca a mi cabeza y la exasperan hasta los límites. Y desde allí mi imaginación empieza a ramificarse a velocidades fuera de lo común. Y todo producto de lo que para algunos, que no entienden nada, no es más que “una canción”.

Creo que lo dijo Charly, me acuerdo de habérselo leído a Malosetti, pero creo que lo puede decir cualquiera de nosotros, algo así como “no confies en alguien que dice que no le gustan los Beatles”.

Amen to that.

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domingo, 21 de agosto de 2011

Astronauta

“Qué querés ser cuando seas grande?”

La verdad que no recuerdo que alguna vez me lo preguntaran de chico. Seguro que sí, siempre pasa. Pero no me acuerdo de ninguna respuesta mía.

Si me lo preguntaran ahora, diría que quiero ser músico. Pero ya se me pasó el cuarto de hora. Ojalá pudiese tener otra vez 5 años y romper las bolas hasta que me compren una guitarrita y de ahí, para adelante. Esas cosas se me hacen que son así, desde chiquito. Y quizás hoy estaría haciendo otra cosa. Algo con lo que esté más a gusto. Aunque puede que no, puede que todo hubiese sido igual. Puede que hubiese terminado siendo igual de apestoso que lo que soy ahora en materia de ejecución de instrumentos. (En alguna otra ocasión compartiré algo de mi repertorio…).

Prosigo.
Me voy a poner en actitud metafísica… Esto ya se nos pasó a todos por la cabeza, y muchos pensadores lo enunciaron mejor que yo, pero: será ésta la única realidad?

O sea, tenemos tevés led, cámaras que detectan la sonrisa, vuelos a la estratosfera (marca Capicúa), relojes sumergibles (algo totalmente increíble si lo piensan un poco) y nadie me puede decir si ésta es la única realidad existente o sólo es una en un abanico infinito de posibilidades.

Pero quiero certeza. La misma que tengo cuando abro el microondas y sé que se va a prender una lucecita. No me vengan con boludeces del tipo “canal Infinito” y cosas así.

Yo quiero la verdad de la milanga, señores; que alguien me bata la posta y me diga si existe un Nicolás en algún universo paralelo que se dedica a la música -independientemente de si la pegó o no- así vuelvo más contento al fiasco de vida que tengo. Yo así no puedo más.

Así no! Carajo, mierda!

PD: A propósito de esto, y hablando en serio, Arctic Monkeys creo que sin duda es la mejor banda del momento. A algunos les caerá bien, a otros no. Pero esa, honorable jurado, es mi opinión. Ustedes dirán.

PD 2: Mi teoría "Bill Gates me tiene odio" sigue sumando argumentos; ahora desde internet explorer no puedo subir posts... Ya va a ver lo que es bueno, ya va a ver!

PD 3: Al letón que entró al blog, sabrá Dios buscando qué: Gracias por pasar (¿?).

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viernes, 5 de agosto de 2011

De profesión Cosplayer

O sea, todo bien. (Qué jodido abrir un texto con esta frase).

Está bien, te copan los dibujitos animados, comics, anime, manga, etc.

Te entiendo, a mí también me copan. Para que te des una idea: uno de mis ídolos más grandes es Goku. Tanto que en facebook (y ustedes saben cuánto odio facebook) estoy unido a un grupo que se llama "Yo también hice fuerza intentando transformarme en supersaiyajin". Ustedes dirán: "Ah, un boludazo". TOTALMENTE! Pero el caso es que del dicho al hecho hay un largo trecho. Y no lo dije yo, lo dijo... no sé quién lo dijo pero buen...

La cuestión es -y no quiero herir ninguna suceptibilidad-: Cosplayer???

Si te gusta el durazno bancate la pelusa.

Supongamos que te re cabe eso de disfrazarte como tu superhéroe favorito, perfecto, pero... ponele onda. Si vas de invitado a un programa de TV creétela un poco. No sé, estás en la tele. Hacé como que por lo menos sos re feliz haciendo lo que hacés. Un poquito de confianza. No te sientes encorbado, hablés como boludo y pongas cara de loser.

Digo todo esto porque vi a unos cuantos de estos pibes en AM y Leo Montero, como haciéndose el jodón, boludeaba a uno que medio se ofendió.

No sé, llego a la conclusión de que -al parecer- es condición sine qua non en la práctica de este hobbie adoptar una actitud ultra loser. Y no lo digo porque yo sea re vivo. Ojo, no confundamos las cosas! Lo que quiero remarcar es que se debe tener un mínimo de convicción respecto de lo que uno hace. Si vas como esperando que te tomen de boludo, es exactamente eso lo que vas a recibir.

Ahora, si me disculpan, me voy a mi cuarto a seguir practicando mi Kame Hame Ha que las fuerzas del mal no se van a derrotar solas...


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Soy

Lo que veo y lo que escucho.
Lo que toco y lo que siento.
Lo que vivo.
Lo que amo y lo que odio.
Lo que creo.
Lo que escribo y lo que leo.
Lo que canto.
Lo que río y lo que lloro.
Lo que miento.
Lo que rompo.
Lo que corro.
Lo que duermo.
Lo que sufro y lo que duelo.
Lo que caí y lo que sangré.
Lo que no soy y lo que no fui.
Lo que Beatles.
Lo que Dylan.
Lo que Borges.
Soy ella.
Soy ellas y ellos.
Soy mamá, papá, hermano y hermana.
Soy vos.
Soy lo que vos querés que sea.
Sos lo que quiero ser.
Sos lo que no conozco.
Sos capricho divino.
Soy espera.
Soy un nombre.
Soy un niño.
Soy miedo.
Soy obsesión.
Soy otro.
Soy tantos como espacio en mi cabeza haya.
Soy tantos como segundos en tu reloj.
Soy voces y palabras.
Lo que dicen y lo que grito.
Lo que guardo y lo que oculto.
Lo que cambia y lo estático.
Lo que intento ser.
Lo que pienso.
Lo que no escribo.
Lo que pasa cuando las substancias chocan.

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