Yo por mí.
Egolatría o excesivo tiempo al pedo?
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sábado, 21 de enero de 2012
viernes, 20 de enero de 2012
Reciclando
Lo siguiente formó parte de un "artículo" para una "revista de música" que presenté (junto a un compañero) como t.p. final en un curso de diseño editorial. Obviamente lo importante del trabajo era el diseño, pero como el tema me encanta no pude resistirme a escribir personalmente los comentarios de los discos.
El artículo consistía en una suerte de top 10 de discos preferidos, como si yo fuese palabra autorizada para hablar de música.
Esto fue lo que escribí en ese momento. (Hoy, un par de meses después, me doy cuenta de que debería meter algún disco de Oasis).
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El artículo consistía en una suerte de top 10 de discos preferidos, como si yo fuese palabra autorizada para hablar de música.
Esto fue lo que escribí en ese momento. (Hoy, un par de meses después, me doy cuenta de que debería meter algún disco de Oasis).
Mis 10 discos fundamentales
Escribir
sobre mis discos favoritos? Si fuese por mí me la pasaría hablando de mis preferencias
musicales.
Personalmente
me siento un curioso. Me gusta escuchar cosas nuevas y suelo jactarme de
escuchar a muchos artistas que la mayoría de las personas desconoce. Soy adepto
del método de la bola de nieve, escucho un artista y voy enlazando discos. Suelo
decir que, a diferencia del común de la gente, yo elijo qué escuchar y qué no.
Me cuesta
mucho descubrir algo bueno de la radio o de ver videos en Mtv. Casi diría, y
perdón si alguien se ofende (en realidad me vale muy poco), que lo que los
distintos medios musicales promueven es pura basura o, en un número importante
de casos, carece de calidad. Que se piense en la música como algo comercial es
algo que me apena. No voy a ser idiota y hacerme el desentendido de la cuestión
eje de esta sociedad. Por la plata baila el mono dicen, no? Pero a mi modo de
ver las cosas hay formas y formas. Todo radica en la genuinidad del artista. Y
uno con el tiempo aprende a darse cuenta de quién hace las cosas por amor a la
música y quién las hace por amor al billete. Y lamentablemente todo lo que
tiene difusión apesta a billete. Yo propongo un “Basta de prostituir a la música”. O cortemos
con el préstamo de significados y no llamemos música a aquello que no lo es. No
estoy en contra de que se lo llame entretenimiento y el que quiera disfrutar de
tales productos que los disfrute, a ellos les digo Chapeau!; pero no mezclemos
las cosas. La música es la música. Tíldenme de elitista, de ortodoxo, pero con
la música no se jode. Hay muchas cosas que no me gustan pero que aun así soy
capaz de reconocerles el mérito. Pero lo que no es música, no es música. End of
the discussion.
Se va a notar
a la legua que mis preferencias pendulan hacia un tipo de música en particular.
Y lo defiendo a capa y espada. Para mí no hay nada más grande que The Beatles.
Pueden intentar meterme otra idea en la cabeza, pero ya les aviso que sería
inútil.
Ahora, con ustedes,
los elegidos. Que lo disfruten.
1-The Beatles - Abbey Road (1969)
And in the end the love you take is equal to
the love you make…
No es un disco. Ni siquiera es música. Es mucho más que eso.
Es la obra de arte total. Abbey Road
resume todo. Con él, el pasado deja de tener sentido. Inicio y final. Ya está
todo dicho.
En los papeles, fue el último disco de The Beatles como The
Beatles. Y aunque las despedidas nunca son gratas, en este caso quien escucha
entra en trance y quiere repetir el momento una y otra vez. Hasta la locura.
Es la pieza de colección definitiva. Perfecta por donde se
la vea. Diecisiete tracks. Cuál es el mejor? Ninguno. Cuál es el mejor? Todos.
En apenas pasados los tres cuartos de hora dan cátedra,
individual y colectivamente, y enseñan de qué va el verdadero rock. Cuarenta y siete minutos, veintitrés
segundos de pura genialidad.
No voy a obviar la cuestión de por qué Abbey Road y no Sgt.
Pepper´s. El sargento es otra bestia, gigantesca. (A estas alturas no tiene
sentido comparar entre obras beatles; qué queda por hacer cuando todo es
perfecto?). Tiene una de las mejores canciones de la historia -A day in the life- y rompió con todo no
sólo en materia musical. Rompió absolutamente con todo. Rompió con el mundo. Sgt. Pepper´s cambió la historia. Y
todo como parte de lo que Paul dijo un “intento” de hacer un disco parecido a
Pet Sounds de The Beach Boys, otra obra maestra de la
música popular.
Pero volviendo al tema, Abbey
Road me da más sentido de totalidad. Ojo, es una apreciación personal. En
gran parte por el medley ese que se genera en la segunda parte del disco y que
es un cóctel rompecabezas. O para que se entienda mejor: destroza cabezas.
Abbey Road es un
paseo por la geografía de la música y de las sensaciones. Se le canta al amor,
a la vida y a la muerte, a la locura, al espíritu, al universo. Se le canta a
cuanta cosa uno pueda imaginarse, y todo
eso a través de una increíble armonía y equilibrio.
Desde la construcción del disco como tal, sólo se puede
decir que se trata de un trabajo impecable. Desde el disco como pieza de arte,
lo veo insuperable. Es la justa despedida. No por capricho es el último disco
genuinamente beatle. No es casualidad que tenga la última canción que The
Beatles grabaron juntos y que ésta se titule The End. Todo estaba finamente
orquestado, y el mensaje fue claro: al final, el amor que recibís es igual al
amor que das.
2-Bob Dylan - Highway 61 Revisited (1965)
Y un día se hizo la electricidad…
Este es el
disco en que Dylan deja de ser Dylan para transformarse en Dylan. No se
entiende la diferencia? La historia es así: el pasaje de lo acústico a lo
eléctrico; que le valió al pobre Bob más de una abucheada, y hasta que lo
traten de Judas y traidor.
De este
tiempo es el mítico suceso del Newport Folk Festival en el que uno de los
organizadores quiso agarrar a hachazos los cables de los equipos de la banda. De
estas épocas también se recuerda el “I don’t believe you. You’re a liar… Play
it fuckin’ loud”, hito de la música popular.
Con este
disco se forjó el adjetivo “dylaniano”. Es el comienzo de mucho de lo que sería
Dylan después y mucho de lo que el resto de los mortales tan sólo soñarían con imitar.
Canciones tremendas, ya no de protesta y denuncia de matiz social, pero sí de
denuncia contra demagogos, hipócritas, caretas; en fin, canciones llenas de
ironía y descargo contra todos sus detractores así como también contra sus más
acérrimos fanáticos, desilusionados por el giro que tomó la carrera del ídolo.
En este
disco, y como apertura de la obra, aparece Like
A Rolling Stone, a mi gusto la mejor canción de la historia. Poesía de la
que sólo Dylan tiene la capacidad de construir. Increíble canción versionada
incluso por los Stones y Hendrix.
Un álbum
que no puede faltar en ninguna colección, sin dudas el mejor del querido
Roberto.
3-Paul McCartney & Wings - Band On The Run
(1973)
Tres Conejos tocando
el tambor…
Otro discazo. En un principio pudo haberse sospechado de un
fracaso prematuro; la banda se desmembró y quedaron ellos tres: Paul, Linda y
Denny. El panorama no era prometedor. Por esas cosas de la vida quisieron irse
a grabar a Nigeria. Ni pensaron que en el viaje iban a ser robados e iban a
perder gran parte de las cintas maestras. La cosa se complicó un poco más
todavía. Pero McCartney es McCartney, una cabeza genial. Y se las arregló para
hacer este hermoso disco.
En Band On The Run, el
ex beatle puso todo y demostró que nunca estuvo a la sombra de John. Despliegue
100 % de genialidad musical, tanta que asusta.
La canción que abre el disco, es la que lo titula y la que
se convierte en el éxito instantáneo. Y todo remite a un verso en español que
Paul, cuando niño, aprendió en la escuela. Casualidad? Eran tres los conejos.
No tocaron sólo el tambor y todos fuimos testigos de ello.
4- John Lennon -
Imagine (1971)
Podrán decir que soy
un soñador, pero no soy el único…
Gran disco de la otra genialidad beatle. Primer disco
oficial en solitario y en el que se siente un Acá estoy yo, John Lennon.
Una de las canciones más lindas e himno de todos los tiempos
titula y abre el disco y deja al desnudo a ese John que siempre luchó y
defendió aquello en lo que él creía, la paz. Y ni así cayó en el cliche, porque
la genuinidad se nota a kilómetros. Paz, amor, y denuncia. Hay para Yoko, hay
para Paul, hay para la política, hay para todos. Lennon, sí señor. Y todo en un
envase musical de contenido delicioso.
Algo que le da otro empujón más al disco: el fino aporte de
George en las guitarritas. Con producción del loco de Phil Spector (cuando
todavía no estaba loco). Disco que cambió la historia y que nos deja tremendo
recuerdo del pasaje de John por esta vida. Amor.
5- George Harrison - All Things Must Pass
(1970)
My sweet, sweet lord…
El beatle callado les tapó la boca a todos. Discazo, discazo
con todas las letras. Y encima triple. El muchacho se lució y demostró que él
también era un genio. Un disco espiritual y profundo que aún así da lugar al
rock. Todo puede convivir y acá se nota.
El laburo de George es de lo más fino y tiene ese toquecito
que nos vuelve locos, el toquecito que él le imprime a la guitarra. Por ahí
anduvieron también los queridos Ringo, Clapton, Preston, Voorman y hasta Mal
Evans. Y Dylan también, con el aporte en dos de los veintitrés temas del álbum.
El mejor disco del hombre, que en la versión remasterizada de 2001 se dio el
gusto de tocar junto a su hijo en una versión aggiornada de My Sweet Lord. Hare Krishna.
6- Rolling Stones - Exile On Main St. (1972)
Pensé que querías mi
dinero, pero me robaste el alma…
Alguien dijo o supuso que el rock tiene que ser desorden y
quilombo? No entendieron nada. O nunca escucharon este disco de los Stones. Qué
se puede decir? Los tipos siempre tuvieron lo suyo y, rivalidad beatle aparte,
en este disco la rompen. Jagger y Richards también son dos músicos de antología
y que con el tiempo todo haya degenerado hasta llegar al pseudo-estilo rolinga
(así, sin doble “ll”) da pena. Me la sigo jugando por que muchos de estos
denominados “rolingas” nunca escucharon un disco entero de sus “ídolos”. Los
Stones no se resumen a un pasito ni mucho menos a Satisfaction. Esta es la prueba más concreta.
7- The Beach Boys - Pet Sounds (1966)
Sólo Dios sabe…
Cómo hacían? No sería genial cantar como cantaban estos
muchachos? Uf. Sin palabras. De qué planeta eran? Más allá de los intrumentos,
de las letras, acá las protagonistas son las voces. Lo digo de vuelta, pero en
forma de afirmación: cómo cantaban estos tipos! Dios mío. Armonía de manual.
Incluso hay versiones del disco con las voces a capella. Piel de gallina y puro
disfrute.
Brian Wilson, otro genio contemporáneo.
Otro datito, cuando a McCartney lo consultaron respecto de
la inspiración para Sgt. Peppers
dijo que ellos (The Beatles) sólo querían hacer algo parecido a Pet Sounds. Misión cumplida y superada.
Y aún así Pet Sounds es uno de los
mejores discos de la historia.
8- Pescado Rabioso -
Artaud (1973)
Al flaco dale las
gracias…
No piensen mal de mí. Lo sé, acá también hubo cosas
geniales.
Formalidades aparte, este disco es del flaco Spinetta. Disco
que nos deprime a los músicos y escritores frustrados. Esto es poesía. Desde el
mismo título del disco. Poesía, fineza musical, y la voz del flaco. Cóctel
irresistible. Imposible de imitar.
Sobre el hermetismo de la lírica no hay mucho que decir. Es sólo
sentarse, agarrar unos buenos auriculares y abandonarse a la magia y a la
delicadeza.
9- The Strokes - Is This It (2001)
Difícil de explicar…
Ya más acá en el tiempo traigo esta joyita de The Strokes.
Los pibes debutan con tremendo disquito. Casablancas poeta moderno y urbano que
baja a la tierra y habla de todo. Guitarras que dan placer, el bajo que marca muy bien su territorio y una bateria de la que muchos estarían más que orgullosos. Hoy más
entraditos en años siguen haciendo lo suyo, con una que otra vuelta de tuerca,
pero lo siguen haciendo bien. Es muy alentador saber que se cuenta con esta
calidad de artistas. No todo está perdido.
10- Arctic Monkeys - Whatever People Say I Am
That’s What I'm Not (2006)
Un cierto romance…
Estos pibes, que aparecieron muy pibes, dislocaron más de
una mandíbula con el debut. Acá aparece el otro poeta moderno y urbano, Alex
Turner. Que crece a pasos agigantados y que nos da confianza, a los temerosos,
de que todavía queda mucho rock guitarrero por delante. Promesa cumplida y por
cumplir, Arctic Monkeys es -a mi gusto- la mejor banda del momento y con mucho
margen de diferencia respecto del resto.
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martes, 17 de enero de 2012
Sueño de una mañana de verano
Hay dos tipos de personas: las normales y las que se ponen a pasar la aspiradora a las 7 de la mañana mientras vos dormís (dormías) plácidamente.
Hoy descubrí que mi padre forma parte de ese segundo y selecto grupo.
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Hoy descubrí que mi padre forma parte de ese segundo y selecto grupo.
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martes, 3 de enero de 2012
Cantautoreando por un sueño
Me he decidido a perseguir mi sueño(¿?). Ser músico. Oh yeah...
No, en serio. Ahora sí.
Mi meta este verano -estáción en la que el tiempo al pedo abunda- es poner a prueba mis capacidades artísticas/musicales y ver si realmente soy capaz de hacer música. Música propia.
Basta de versionar a mis ídolos, solo, en mi habitación. Estoy dispuesto a sumergirme en las profundidades de mi ser y ver qué hay y qué puedo tomar para darle vida a algo que sea estrictamente mío.
O sea que, en vez de rascarme la pancita, me pongo como objetivo veraniego: escribir y componer. Para qué? Para ver si puedo. Y en caso de poder, frustrarme y decir: "Por qué no me di cuenta de que quería ser músico cuando era más chico???". Agarrar y decirles a mis viejos: "Che... voy a dejar la universidad para dedicarme a la música". Salir a la calle y vivir la cruel vida del artista -porque obviamente mis viejos me echan de casa, voleo en el trasero mediante-. Y así caminar el camino, de a poco, hasta llegar al éxito, editar millones de discos, ser más prolífico que Bob Dylan, romper más esquemas que los Beatles, venderle los derechos de mi vida a Hollywood para que Scorcese haga una biopic sobre mi rockanrollera vida, etcéteras, etcéteras, etcéteras.
En fin, en resumidas líneas ese es el plan de acá a marzo. Aunque también debería mechar un poco con los apuntes que tengo que leer para rendir en febrero.
Ya que no me voy a ir a ningún lado quiero aprovechar cada segundo. Veremos qué sale.
Los mantendré al tanto.
Cambio y fuera (*).
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No, en serio. Ahora sí.
Mi meta este verano -estáción en la que el tiempo al pedo abunda- es poner a prueba mis capacidades artísticas/musicales y ver si realmente soy capaz de hacer música. Música propia.
Basta de versionar a mis ídolos, solo, en mi habitación. Estoy dispuesto a sumergirme en las profundidades de mi ser y ver qué hay y qué puedo tomar para darle vida a algo que sea estrictamente mío.
O sea que, en vez de rascarme la pancita, me pongo como objetivo veraniego: escribir y componer. Para qué? Para ver si puedo. Y en caso de poder, frustrarme y decir: "Por qué no me di cuenta de que quería ser músico cuando era más chico???". Agarrar y decirles a mis viejos: "Che... voy a dejar la universidad para dedicarme a la música". Salir a la calle y vivir la cruel vida del artista -porque obviamente mis viejos me echan de casa, voleo en el trasero mediante-. Y así caminar el camino, de a poco, hasta llegar al éxito, editar millones de discos, ser más prolífico que Bob Dylan, romper más esquemas que los Beatles, venderle los derechos de mi vida a Hollywood para que Scorcese haga una biopic sobre mi rockanrollera vida, etcéteras, etcéteras, etcéteras.
En fin, en resumidas líneas ese es el plan de acá a marzo. Aunque también debería mechar un poco con los apuntes que tengo que leer para rendir en febrero.
Ya que no me voy a ir a ningún lado quiero aprovechar cada segundo. Veremos qué sale.
Los mantendré al tanto.
Cambio y fuera (*).
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